La población española aumenta al mayor ritmo en quince años

Los técnicos del Instituto Nacional de Estadística (INE) informaron hoy de que la población oficial española a 1 de julio la componen 48.345. 223 de personas. Esta cifra indica que solo en el último año los residentes en España han aumentado en más de medio millón (537.611), con un ritmo de crecimiento del censo superior al 1% en doce meses, velocidades desconocidas desde la fase económica expansiva de comienzos de este siglo.

No se trata de un dato puntual. La rápida progresión del número de residentes en España comenzó hace ya un año. Primero hubo una tímida mejora del censo desde el verano de 2021, tras el paréntesis demográfico provocado por los meses más duros de la pandemia, que comenzó a acelerarse en el otoño pasado y que ha alcanzado el máximo de revoluciones en la primera mitad de este año.

En los dos últimos años, desde el segundo trimestre de 2021, cuando frenó la pérdida de población causada por la crisis sanitaria, España ha ganado casi un millón de habitantes. Han sido nueve trimestres de crecimiento constante y de aumento progresivo del ritmo de residentes. Si del verano de 2021 al de 2022 el censo español sumó 434.000 personas, de junio de 2022 al mes pasado la mejora ha sido de medio millón largo adicional. Es decir, un aumento del ritmo de crecimiento de unos 100.000 residentes más que hace un año.

El ascenso de la población en el último trimestre es un fenómeno generalizado en todos los puntos del país, pero no se produce con la misma intensidad. Las autonomías donde el censo aumenta más deprisa son, por este orden, Baleares, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana. Las cuatro superan la media del aumento de residentes del conjunto del país y la tres primeras incluso duplican el ritmo de crecimiento general. El liderazgo de Baleares puede tener un efecto estacional, como polo de atracción laboral de la industria turística durante el verano, pero las notables mejoras en las otras tres comunidades se repiten desde el comienzo del año. Por contra, los menores avances de población en el último trimestre se dieron en Extremadura y Asturias, con tasas próximas al estancamiento, seguidas de Ceuta, Castilla y León, Galicia, Andalucía, País Vasco y Cantabria, todas ellas con un ritmo de mejora poblacional de menos de la mitad de la media estatal.

La razón del aumento de la población no tiene debate. Se debe en exclusiva a la fortísima llegada de extranjeros, especialmente en el último año, coincidiendo con una notable recuperación de la economía y el empleo. La inmigración está paliando por ahora el invierno demográfico de los nacidos en España, entre los que ya es normal en el último lustro que haya más muertes que nacimientos, con trimestres de estancamiento, en el mejor de los casos, o de decrecimiento poblacional, de forma más habitual.

La llegada de extranjeros es muy potente. Solo en los seis primeros meses de este año el número de nacidos en otros países que ahora reside en España se ha elevado en casi 300.000 personas (299.806), a un ritmo de aumento cercano al 2% cada trimestre. El resultado de la nueva avalancha migratoria es que, a 1 de julio pasado, residían en nuestro país casi 8,5 millones de naturales en estados extranjeros, lo que representa el 17,5% del censo o, lo que es lo mismo, son casi una de cada seis personas que viven en España. No obstante, más de dos millones de este colectivo ya cuenta en la actualidad con nacionalidad española.

Los principales países de procedencia de la nueva oleada migratoria se repiten en los últimos trimestres. A la cabeza están Colombia, con 37.700 residentes más entre abril y junio, Marruecos, con 21.500 nuevos censados, Venezuela, con 18.100 más, y Perú, con 14.600. El primer país europeo al que más le atrae España como lugar de residencia es Italia, con 10.200 censados más en el mismo trimestre.