El plan de choque del Ministerio de Transición Ecológica para recuperar el parque nacional de Doñana, con su supervivencia seriamente amenazada por el calentamiento global, los invernaderos y las urbanizaciones turísticas, ha comenzado a dar los primeros frutos ocho meses después de su puesta en marcha. Consta de actuaciones tanto medioambientales como de reconversión socioeconómica de la zona y el Ejecutivo nacional y la Junta de Andalucía invertirán 1.400 millones en un cuatrienio para hacerlo posible.
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Las primeras medidas ejecutadas han comenzado a reducir la sobreexplotación del acuífero subterráneo del parque, que es el corazón y la sangre que mantiene viva esta reserva mundial de la biosfera, y cuya caída en picado de reservas en las últimas décadas ha provocado el vaciado de decenas de charcas y lagunas, incluidas las de mayor tamaño, y graves daños a centenares de especies y al ecosistema del humedal.
Las actuaciones de tipo medioambiental han recortado el volumen de agua que las actividades turísticas y agrícolas, tanto legales como ilegales, detraen cada año al acuífero. La puesta en marcha de un trasvase de aguas superficiales desde la cuenca del Tinto, Odile y Piedras a la del Guadalquivir, tanto para abastecimiento humano como para regadío, ha permitido ahorrar 15 hectómetros cúbicos anuales al depósito natural subterráneo del parque. Este trasvase ha hecho posible la clausura de 450 pozos legales, que sustraían 7,4 hectómetros al acuífero, y la recuperación de concesiones de riego, que le quitaban otros 6,8 hectómetros.
La mejora de las labores de inspección en la búsqueda y sanción de explotaciones agrícolas ilegales en el entorno del parque ha hecho, a su vez, que cesen su actividad el 40% de las que había en 2020. Se ha pasado de las 1.226 hectáreas de invernaderos sin licencia que había hace cuatro años a las 707 actuales. Entre otros instrumentos que han mejorado la eficacia están el sistema de teledetección espacial de cultivos y el uso de inteligencia artificial, que permite seguir la evolución de estos invernaderos ilegales en tiempo real.
Además de reducir la sobreexplotación del acuífero, se están realizando obras y actuaciones para mejorar la depuración de las aguas. Actúan y ponen orden en las zonas tanto urbanas como agrícolas de Sevilla y Huelva que rodean el parque y que vierten sus aguas y residuos al acuífero, con las que hasta ahora contaminaban sus cada vez más escasas reservas.
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La Oficina Técnica de Doñana, encargada por el ministerio de la ejecución del plan, explicó que tiene ya comprometida la ejecución entre este año y el próximo de un tercio del presupuesto para actuaciones socioeconómicas en toda la zona, que deben repercutir en la recuperación de Doñana.
Uno de los puntos principales son las ayudas para reconvertir cultivos legales de regadío en secano, ecológicos o de gestión forestal, lo que permitiría recudir significativamente las extracciones sobre el acuífero. Según el director de la oficina, Emilio Rodríguez, las organizaciones agrícolas han tenido «una gran recepción en la primera convocatoria» de 28,5 millones, a ejecutar este año. Las subvenciones del plan también irán a financiar proyectos de buenas prácticas agrícolas y ganaderas y a pagar programas municipales para el desarrollo sostenible de la zona.
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