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Infecciones de transmisión sexual ·
La proliferación de los contactos casuales, el consumo de drogas y el abandono progresivo del condón, que sólo usan el 25% de los jóvenes, disparan los contagiosSecciones
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Infecciones de transmisión sexual ·
La proliferación de los contactos casuales, el consumo de drogas y el abandono progresivo del condón, que sólo usan el 25% de los jóvenes, disparan los contagiosIzaskun Errazti
Sábado, 25 de marzo 2023, 13:10
Son silenciosas, no se ven, pero desde hace dos décadas dan cada año la campanada. Son las ITS, Infecciones de Transmisión Sexual, enfermedades que tras la falsa ilusión que concedieron los datos durante la pandemia del covid han vuelto con fuerza para hacer blanco entre ... los más jóvenes. Los expertos avisan: la situación es «preocupante», «dramática», incluso. Y «va a más», porque los nuevos hábitos, con un aumento del número de parejas, el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales, el consumo de drogas, la proliferación de los contactos casuales y de las prácticas de riesgo y el uso en caída libre del preservativo -sólo el 25% de los jóvenes se lo pone y el 45% no sabe para qué sirve- no invitan al optimismo.
El último informe elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología revela que la tendencia al alza que se observa desde el arranque de los años 2000 en infecciones como la gonorrea y la sífilis se mantuvo tras la pandemia, con 15.338 y 6.613 casos diagnosticados, respectivamente, lo que supuso un incremento del 19,16% desde 2010 en el caso de la primera, y del 8,5% desde 2014 por lo que respecta a la segunda. Pero las cifras fueron de récord en los contagios por clamidia, que crecieron un 18% en comparación con 2016 hasta alcanzar las 20.507 infecciones notificadas. «Es un dato muy llamativo, y un problema muy gordo, porque a largo plazo muchas chicas sufrirán secuelas», advierte Irene Fuertes de la Vega, coordinadora del grupo especial de ITS de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
20.507 infecciones
de clamidia registradas en 2021, la última estadística disponible. El 50,2% fueron notificados por mujeres, que pueden contraerla en el cuello del útero, el recto o la garganta. El incremento de la infección por clamidia constatado entre los años 2016 y 2021 es del 18%.
«No es algo nuevo» que las infecciones de este tipo se hayan disparado. «Es un problema antiguo, pero sin resolver», afirma la experta. Lo que sí ha llamado la atención del último análisis realizado por los investigadores del Instituto de Salud Carlos III es la media de edad de los afectados, que ha bajado. La mayoría fueron adultos jóvenes -entre 25 y 34 años-, con algunas diferencias según la enfermedad. Así, el porcentaje de positivos notificados en menores de 25 años fue máximo en los casos de linfogranuloma venéreo (LGV) y mínimo en los de sífilis.
«La gente joven tiene poca perspectiva de riesgo de contraer una ITS. Además, cree que estas infecciones, incluido el sida, tienen solución, por lo que se arriesga más», apunta Santiago Frago, sexólogo con más de 30 años de experiencia y codirector del Instituto Amaltea de Sexología, con sede en Zaragoza.
La proliferación de las aplicaciones de contactos es una de las causas que, según los expertos, se esconde detrás de la escalada de infecciones entre los grupos de menor edad. «En la actualidad, las relaciones erótico sexuales son menos oficiales. Asistimos a una pérdida de popularidad del amor. Hace 20 años preguntabas en las aulas por qué una pareja tiene un encuentro sexual y la primera respuesta era por amor, la segunda por si quiere tener hijos, y luego alguno se arriesgaba y decía que por placer, y todos se reían. Si lo preguntas ahora sólo se acuerdan del placer», indica el especialista.
15.338 casos
de infección gonocócica fueron diagnosticados en el año posterior a la pandemia, el 83% de ellos detectados en hombres.
Las prácticas sexuales han cambiado. La edad del primer encuentro de pareja se ha reducido de forma importante en España, hasta situarse en poco más de 13 años, y el abuso del alcohol y el uso de las drogas para alargar las relaciones sexuales resulta cada vez más frecuente, lo que dispara los riesgos. «ITS y hábitos tóxicos van de la mano», advierte la doctora Mar Vera, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). «Hay muchos consumos que forman parte de la rutina del ocio nocturno, y a menudo bajo el efecto de algunas sustancias se altera la percepción de riesgo, no se es consciente de lo que se está haciendo y te dejas llevar», dice.
Prácticas como el 'chemsex' término que se utiliza para describir el uso de estupefacientes asociados a las relaciones sexuales -lo que puede hacerlas durar desde horas hasta varios días- han aumentado sensiblemente entre los hombres que se acuestan con otros hombres (homosexuales y bisexuales), señala Vera. Ocurre lo mismo con el 'slamming' -consumo de sustancias intravenosas-, que está estrechamente asociado con la alteración de la salud mental y los síntomas relacionados con las drogas. Y en medio de estas nuevas rutinas, el preservativo sigue siendo el gran olvidado, y su ausencia constituye el mejor caldo de cultivo para que las infecciones de transmisión sexual sigan ganando terreno.
340 casos
de sida diagnosticados a lo largo del ejercicio de 2021. La tasa de VIH fue de 0,8 casos por 100.000 habitantes.
El condón brilla por su ausencia en el cine porno, cuyo consumo entre los adolescentes, disparado, también favorece la expansión de las enfermedades venéreas entre este colectivo. «Pasa lo mismo en las series de televisión que ven habitualmente, que no son porno, es cierto, pero muestran detalles que hacen que la gente joven sea más proclive al riesgo. Encuentros sexuales en cualquier momento, todo siempre disponible, el preservativo, por supuesto, no existe...», indica el sexólogo Santiago Frago.
«Urge concienciar a la población en general de que las infecciones de transmisión sexual están ahí, que son una patología que no se ve, que no da signos, pero está. Hay que hacerse chequeos privados y mantener medidas preventivas, no relajarse en el uso», defiende la representante del SEIMC.
Revertir la tendencia pasa por fomentar la salud sexual, «que debería empezar ya en los colegios», apunta Mar Vera. «Y por invertir en diagnóstico rápido, en recursos humanos , en infraestructuras, porque es una patología que se ha dejado un poco de lado, pero que lleva asociados otros factores, como el tema de las drogas, que también afectan a la salud mental. Es necesario un abordaje multidisciplinar», sostiene.
El informe del Centro Nacional de Epidemiología sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) revela otro dato llamativo: la mayoría de las infecciones son diagnosticadas en hombres jóvenes que tienen relaciones con personas de su mismo sexo. Ocurre así con todas las bacterias, salvo en el caso de la clamidiasis, que sigue siendo más frecuente entre las mujeres, aunque las tasas tienden a igualarse. Así, el 83% de los casos de gonorrea diagnosticados en 2021 correspondieron a varones, un porcentaje que ascendió al 86,6% en el caso de la sífilis, y al 98,8 en el del linfogranuloma venéreo. El 49,8% de los positivos por clamidia correspondieron a hombres. Mientras, según datos de la OMS, más de un millón de personas contraen cada día una enfermedad venérea.
«Los niños no saben los riesgos de las relaciones sexuales, los adolescentes tampoco, y llegan a una edad en la que empiezan a tener experiencias sin saber nada sobre salud sexual», alerta Irene Fuertes de la Vega, que insta a las instituciones a tomar cartas en el asunto ante lo que ya es «un problema de salud pública». En su opinión, «no parece tan complicado» resolver un contratiempo que considera «muy gordo». «Las personas necesitan formación sobre salud sexual antes de empezar a tener relaciones. Deben conocer los riesgos que corren y también las responsabilidades», explica la experta en Dermatología y Veneorología, al tiempo que reclama que se facilite el acceso a especialistas de los colectivos más vulnerables, como los inmigrantes y las trabajadoras sexuales, y se ofrezca mayor formación a los sanitarios porque la situación, recalca, «es bastante dramática».
La otra cara de la moneda la ofrecen los resultados de la lucha contra el VIH, porque las cifras de incidencia se han reducido en España gracias al PrEP, medicamentos que reducen las probabilidades de contraer el virus a través de las relaciones sexuales o el consumo de drogas inyectables. En 2021, último datos disponible, se notificaron de 340 casos de sida. El 80,9% de los afectados eran hombres. Y la mediana de edad, similar en ambos sexos, de en torno a los 44 años. Desde el inicio de la epidemia se han certificado 89.345 casos. Tras alcanzar su cénit a mediados de los 90, el número de casos ha experimentado un progresivo declive.
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