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JAVIER MARTÍNEZ
Valencia
Miércoles, 1 de junio 2022, 11:42
La revisión del caso Alcàsser continúa tanto en el juzgado de Alzira como en los laboratorios de genética forense. Una de las acusaciones populares ha solicitado al magistrado David Cabrera que autorice nuevas pruebas de ADN para «corroborar la participación del fugado Antonio Anglés» en ... el triple crimen y «esclarecer las circunstancias que rodearon» el caso.
La Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, que se personó en la causa como acusación popular en 2021, ha pedido nuevos análisis genéticos de tres prendas de las víctimas, una sábana, dos trozos de carrocería y madera, varias fibras de un colchón y la moqueta que envolvía los cadáveres de las niñas.
Según Félix Ríos, perito judicial y presidente de Laxshmi, «encontrar ADN de Anglés y de las víctimas en las cubiertas de los colchones serviría para situar una posible actividad sexual en la caseta, hallarlo en las ropas de las víctimas o la moqueta demostraría la actividad sexual directa con ellas, y encontrar sangre de las niñas en el coche o la caseta las situaría allí con certeza».
Ríos ha presentado en el juzgado dos nuevos informes, uno de ellos realizado por un experto en genética forense, sobre la viabilidad de las nuevas pruebas de ADN que el magistrado está valorando. El director técnico del Laboratorio de Genética Forense del Instituto de Medicinal Legal de Las Palmas, José Juan Pestano, sostiene en su informe que las técnicas genéticas de amplificación actuales «pueden permitir encontrar ADN en pruebas de convicción donde no se pudo obtener en los años 90».
Con respecto a la moqueta, Ríos afirma que los doctores Frontela y Montes «detectaron positivo en semen en varias muestras», pero los peritos luego se quejaron de que no habrían tenido tiempo suficiente para realizar las pruebas confirmatorias ni para intentar obtener ADN.
Los análisis de unas bragas y dos camisetas de la niñas «dieron positivo en actividad fosfatasa ácida, pero negativo en espermatozoides», por lo que Pestano considera que se debería intentar obtener ADN sin realizar las pruebas confirmatorias para no malgastar las muestras, ya que estos últimos análisis impedirían posteriormente extraer ADN, el cual debe ser muy escaso, según el experto en genética forense.
En el sumario figuran otros resultados positivos de pruebas orientativas de detección de sangre en el tapizado bajo el freno de mano del Opel Corsa de Miguel Ricart, así como en raspaduras y un trozo de madera de la caseta donde fueron violadas las niñas.
Ríos afirma en su informe que los biólogos deberían intentar obtener ADN de estas muestras, que aún se conservan como piezas de convicción, y Pestano apoya la petición del criminólogo tras argumentar que las nuevas tecnologías ahora «permiten obtener perfiles genéticos de pequeñas cantidades de ADN».
Todas las muestras, excepto el trozo de carrocería del Opel Corsa, fueron halladas el 27 de enero de 1993 en el paraje montañoso de la Romana en el término de Tous, donde Antonio Anglés y Miguel Ricart violaron y asesinaron a las niñas, según las investigaciones de la Guardia Civil y la sentencia condenatoria del único procesado.
La acusación popular que ejerce la asociación Laxshmi también ha solicitado que los biólogos analicen una sábana blanca y las fibras de la funda de un colchón, aunque las pruebas de detección de sangre y semen realizadas en estas muestras antes del juicio no arrojaron resultados positivos.
En otro escrito anterior, el presidente de Laxshmi incidió en la necesidad de realizar las pruebas forenses para evitar que Antonio Anglés «tuviera posibilidad de eludir la acción de la justicia por una cuestión de forma» en el caso de que estuviera vivo y fuera detenido.
Con el séptimo informe presentado hace unos días en el juzgado, Ríos considera finalizada la revisión del caso, aunque no descarta solicitar el análisis de algunos pelos hallados en los vehículos intervenidos a Anglés y Ricart. Estas pruebas «quedarían supeditadas a los resultados de otras realizadas con muestras de tapizados de los vehículos, que ojalá fueran positivos en cuanto a detectar ADN de las víctimas», señala el perito judicicial.
Ríos también solicitó al juez que autorizara nuevos análisis forenses «para identificar con rigor científico» los cadáveres de las tres niñas hallados en 1993 en el paraje de la Romana, pero el magistrado inadmitió la petición por considerarla innecesaria.
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