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José Carlos Rojo
Santaner
Miércoles, 21 de junio 2023, 09:09
Nadie cuestiona la brutalidad de la paliza que un grupo de personas propinó el pasado domingo a un hombre en el parking de un supermercado de Laredo, pero familiares de los agresores justifican la «desesperación» en la que les tenía sumido la víctima, algo que « ... les sacó de quicio» y les hizo explotar. «Él perseguía a la niña, estaba todo el día detrás de ella y ya estábamos desesperados, no sabíamos qué hacer», revela Román Vargas, consuegro del padre de la menor. «Ellos son buenas personas, nadie imaginaba que llegaran a hacer esto, pero es que les sacaron de sus casillas», añade.
La niña no comía, no dormía, estaba comenzando a tener problemas en el colegio y no le contaba a nadie lo que le estaba ocurriendo. Según explican los allegados, el supuesto acosador, un hombre de 63 años que había sido desterrado por la comunidad gitana de Santoña por comportamientos incívicos y por «perseguir» a otras menores, le compraba flores, le regalaba preservativos y le seguía allá donde iba. «Tanto es así que es posible que lleguemos a tener imágenes de cámaras de seguridad que puedan probar esto», declara el abogado de los familiares, César Polanco.
«No voy a justificar lo que pasó, pero de verdad que es algo que sucedió por la enajenación de unas personas que estaban fuera de sí por la gravedad de lo que estaban sufriendo». «No es una cuestión menor, este acoso iba a acabar en algo muy, muy malo, porque este hombre al que apalearon no responde ante nada, ni ante la ley gitana ni ante nadie», revela el letrado, que desde el pasado domingo lleva el caso judicializado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Laredo.
Precisamente la titular de esa sala fue la que dictó este pasado lunes prisión provisional para tres de los agresores -los tres hombres- y dejó en libertad provisional a la madre de la menor.
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La magistrada decidió que estos varones permanezcan entre rejas, entre otros asuntos, por la posibilidad de que se produzca una reiteración en el delito. «Uno de los mayores miedos que tienen en la familia es que este sujeto continúe detrás de la niña porque está obsesionado con ella. Es un peligro y en cuanto esté recuperado de sus heridas espero que se tenga en cuenta, porque estamos hablando de la integridad de la menor», aclara el abogado.
La niña, que acaba de cumplir 14 años, llevaba semanas consumida por la ansiedad. «No le contaba nada a nadie hasta que explotó y se lo confesó a su madre», desvela el consuegro del padre. «Entonces desterraron a este hombre de Santoña, pero le da igual todo, no debe estar bien». El supuesto acosador burló las recomendaciones dictadas por la comunidad y reapareció en el mercadillo de Laredo el pasado domingo y horas después la casualidad quiso que agresores y agredido se encontraran en el aparcamiento de un supermercado de la localidad.
«Ahí ambas partes comenzaron una discusión que se caldeó y acabó como todos sabemos», narra el letrado de la familia. El mismo domingo, la Guardia Civil detuvo al padre, a la madre y a un hermano de la niña. El lunes procedió a la detención del cuarto agresor, primo de la menor, que acudió al cuartel acompañado de su abogado. Tras pasar a disposición judicial, el lunes se decretó el ingreso en prisión de los tres varones y la libertad provisional para la mujer.
Pero aún hay hecho matizables respecto a lo sucedido en el aparcamiento del supermercado de Laredo. «Hay que aclarar que este hombre sacó un serrucho que lleva porque hace labores de carpintería y trató también de agredir a mis clientes. De hecho, uno de los hijos del matrimonio le ha denunciado porque tiene un traumatismo en la cabeza que le provocó en la pelea, y eso es un hecho constatado».
Además, cuenta el abogado, «según declaran mis clientes, este sujeto llegó a amenazarles con una pistola que dijo que llevaba en el coche porque ellos ya le habían pedido por todos los medios que dejara en paz a la chiquilla».
Para superar estos momentos difíciles, con su marido y uno de sus hijos en prisión, la madre, que se ha quedado en casa con los otros cuatro hijos, se está viendo arropada por su familia, que se ha trasladado al piso de Bárcena de Cicero para acompañar a la mujer y a los menores. Lo primero, dicen, es protegerse porque temen que la víctima salga del hospital en los próximos días y vuelva a reincidir en el supuesto acoso a la niña.
«Están cansados porque ha habido muchos medios de comunicación que han querido hablar con ellos y tenemos que tener en cuenta que hay una víctima de todo esto: una menor que está sufriendo y hay que cuidar su bienestar», insiste el letrado. La magistrada podría decretar una orden de alejamiento en el caso de que el acoso quede probado.
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