Secciones
Servicios
Destacamos
Los agentes que cuidan del presidente de Estados Unidos está en riesgo. La amenaza no viene de Rusia ni de China. El fuego amigo proviene la mascota de Joe Biden, un pastor alemán de dos años al que llaman Commander (comandante). Este lunes, a eso ... de las ocho de la noche, hora de Washington, mordió a uno de los miembros de la división uniformada del Servicio Secreto, que había entrado en contacto con el animal, según confirmó a medios norteamericanos un portavoz de esta unidad encargada de la seguridad de los altos cargos norteamericanos.
Los Biden prometieron someter al perro a un entrenamiento para controlar su agresividad y evaluar un cambio de correa para atarlo en corto, pero no es la primera vez que sucede. En el último año, Commander lleva once ataques a humanos, según divulgó la organización Judicial Watch. En una de las agresiones, el agente secreto ingresó al hospital, con heridas graves en brazos y muslos. Aquella vez, según relatan los implicados, lo llevaba Jill y no pudo controlarlo. «Vino a atacarme», describió la víctima en un correo electrónico al que tuvo acceso CNN. Los mordiscos han sucedido tanto en la mansión presidencial como en la casa familiar de Delaware.
Ese episodio, el más rabioso de Commander, ocurrió en octubre del año pasado y una semana después atacó a otro oficial con un par de mordiscos. Tanta furia tenía el can que el atacado y otro compañero tuvieron que protegerse con uno de los vehículos de acero, especiales para ataques con explosivos. Dos meses después los colmillos del perro se clavaron en el antebrazo y la mano de otro agente secreto. Biden lo presenció y actuó «rápido», según los reportes, para calmar a Commander. Para el presidente, que habla a través de su secretario de prensa, la culpa es del estrés de vivir en la Casa Blanca, y pidió comprensión para su mascota desde diciembre de 2021. Regalo de su hermano James por su cumpleaños 79, sustituía en diciembre de 2021 a Champ, otro pastor alemán que había muerto de vejez. Pronto se hizo hueco incluso en televisión.
Aunque el agente herido se encuentra «bien» después que le atendieran en la misma residencia, según el Servicio Secreto, y ninguna de las lesiones de las mordidas anteriores se considera «grave», los trabajadores de la residencia y oficina del mandatario estadounidense han mostrado su indignación y reclaman medidas de seguridad laboral. Paseado por la misma persona que ha recogido las cacas de todos los perros presidenciales desde Nixon, un tal Dale Haney, Commander suele merodear por los jardines del complejo administrativo y dentro de las instalaciones.
Tampoco es la primera vez que los Biden se enfrentan a estos problemas con sus perros guardianes. Otro pastor alemán, al que pusieron por nombre Major (mayor) -es obvio su gusto por la jerarquía militar-, desapareció de la residencia de Washington después de repetir sus agresiones contra humanos. Era un problema, como ahora lo es Commander, y lo enviaron de vuelta a Delaware, después de «consultar con conductistas animales, entrenadores y veterinarios», dijo en aquella ocasión, hace varios meses, un secretario de prensa de la primera dama. Y añadió que, antes de separarse de su mascota, la pareja deliberó durante meses. Qué hacer con este comandante parece un asunto de Estado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.