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Ninguna aplicación tiene tanto éxito y provoca tanta polémica como TikTok. Por el poder adictivo de su algoritmo, por el opaco uso de los datos privados, y, sobre todo, por su pertenencia a un gigante tecnológico chino: Bytedance. Está en el centro de agitados debates que van desde lo social hasta lo geopolítico, ya sea por su función como vehículo de noticias falsas o por el impacto que puede tener en la batalla por la hegemonía mundial que libran China y Estados Unidos si se utiliza para explotar 'puertas traseras' o vulnerabilidades en su código.
Y no solo preocupa en la superpotencia americana: India fue, en 2020, el primer país que la prohibió. Otros han seguido sus pasos, ya sea de forma total o parcial: algunos en el mundo en vías de desarrollo lo han hecho para proteger sus particulares valores sociales o religiosos -Afganistán o Irán-, mientras que la mayoría de las democracias occidentales ha circunscrito la prohibición a los dispositivos oficiales de funcionarios -Francia- o de cargos públicos -Australia, Estonia o Reino Unido entre otros-.
Pero ahora el tono se ha elevado considerablemente. Ayer, Joe Biden firmó la 'Ley Para Proteger los Datos de los Americanos de Adversarios Extranjeros', que señala directamente a China, Rusia, Irán y Corea del Norte y recoge la obligatoriedad de que Bytedance venda TikTok si no quiere ser vetada por completo en Estados Unidos. La empresa china tiene nueve meses para completar la venta, por lo que su uso podría ser prohibido a partir del 15 de enero del año que viene.
170 millones
de usuarios tiene TikTok en Estados Unidos, donde el año pasado ingresó 16.000 millones de dólares
No obstante, Joe Biden podría conceder una extensión de plazo de hasta tres meses, y todo apunta a que el culebrón se alargará porque TikTok ya ha anunciado que litigará en los tribunales. «Los hechos y la Constitución están de nuestra parte, así que esperamos salir victoriosos de nuevo», dijo ayer el CEO de la compañía, Shou Zi Chew, en cuya argumentación subraya que la prohibición violaría la Primera Enmienda.
La popular red social siempre ha negado las acusaciones de Washington. Asegura que opera de forma totalmente independiente y que no remite datos personales de sus usuarios a China. Es más, está inmersa en el establecimiento de un centro de datos en Texas para almacenar los de sus 170 millones de usuarios en el país. No obstante, una esquina de la letra pequeña de su última actualización de los términos de servicio reconoce que se puede dar ese envío con fines estadísticos y comerciales.
También ha levantado sospechas que en la metadata -los datos que reflejan la creación de un archivo digital- de una carta remitida por TikTok a un comité que estudia el caso aparezca como autora Zheng Han, una empleada de Bytedance en China. En cualquier caso, muchos temen que la opacidad tradicional de las empresas chinas y del sector tecnológico cree el escenario perfecto para todo tipo de operaciones chinas: desde espionaje, hasta desinformación.
Lógica cautela o paranoia. Cada cual tiene su opinión. En Europa lo que más preocupa, de momento, son los problemas asociados al uso intensivo de TikTok entre adolescentes. Y más desde que lanzó la versión Lite, que paga a los usuarios por ver contenido, interactuar con el mismo, o invitar a otras personas a usarla. La tecnológica decidió probar este nuevo servicio en España y Francia, y la Unión Europea no tardó en abrir dos investigaciones paralelas para determinar si este comportamiento viola la Ley de Servicios Digitales y potencia el ya polémico carácter adictivo de la red, a la que diferentes expertos en China denominan 'heroína digital'.
TikTok remitió la documentación solicitada el pasado martes y, por si acaso, el miércoles decidió suspender Lite. «TikTok siempre busca colaborar de manera constructiva con la Comisión Europea y otros reguladores. Por lo tanto, suspendemos voluntariamente las funciones de recompensas en TikTok Lite mientras abordamos las preocupaciones que han planteado», explicó la red en un mensaje publicado en X, donde la mayoría de las respuestas que cosechó eran críticas e insultos.
As a Chinese media professional who has long been concerned about the fate of #TikTok, my advice is: fight to the end.
— Hu Xijin 胡锡进 (@HuXijin_GT) April 24, 2024
By fighting, there may be possibilities of winning or not losing completely. If surrender, all TikTok will get is only a little money.
I believe if Mr. Zhang… pic.twitter.com/8RgKKbsV3E
Desde China, donde curiosamente TikTok está censurada, el apoyo a Bytedance es unánime. «Como profesional de la prensa preocupado por la suerte que pueda correr TikTok, mi consejo es luchar hasta el final», comentó Hu Xijin, periodista e influyente exeditor del diario oficialista Global Times. «Luchando cabe la posibilidad de ganar o de perder, pero si TikTok se rinde solo ganará un poco de dinero», añadía, en referencia a que una venta forzada será una mala venta.
Otros ciudadanos anónimos recuerdan el 'siglo de humillación' que China vivió a manos de potencias occidentales como el Reino Unido, que logró adocenar al gigante con la introducción del opio. «Ahora nosotros les mandamos fentanilo y TikTok para destrozar su infancia y juventud», comentaba un usuario de Weibo en un mensaje que recibió miles de 'likes' antes de ser retirado. Sin duda, refleja que TikTok y las guerras en las que se ha embarcado son mucho más que una pugna empresarial.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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