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Alejandro Fuente
Granda (Siero)
Jueves, 9 de mayo 2024, 09:09
El trasiego de coches policiales era constante desde el pasado martes en la parroquia sierense de Granda, en Asturias. Todo se movía alrededor de una casa de dos alturas ubicada en la carretera de El Campo. Hasta que, en la mañana de este miércoles, hacia ... las 11 horas, accedía una excavadora y se produjo el macabro hallazgo: el cuerpo enterrado de un varón, de unos 50 años, quien había perdido la vida, según la investigación, de forma violenta. Prácticamente se culminaba así unas pesquisas de poco más de un mes a cargo de la Policía Nacional.
Según ha podido saber El Comercio, una pareja -un hombre y una mujer- de origen colombiano ha sido detenida como sospechosa de haber cometido el crimen. La víctima era familiar de ella y procedente del mismo país americano. El movimiento de agentes seguía por la tarde siendo insistente. Y es que la investigación se mantiene abierta para esclarecer todos los detalles de lo que parece ser un ajuste de cuentas entre familias, por un conflicto que ya se habría originado antes de llegar a España.
Testigos relataron que fue a las 12.30 horas del miércoles cuando llegó el coche fúnebre para recoger el cuerpo del hombre. La investigación dio comienzo cuando la propia pareja sospechosa de perpetrar el crimen denunció su desaparición, a finales del pasado marzo. Pero enseguida algo no cuadró y los agentes responsables del caso acudieron a la finca donde residía esta pareja. Había recorrido, de este modo, los pasos que dio la víctima antes de perder la vida en esta zona de Granda, muy cerca de la carretera nacional 634, pero tranquila y con una comunidad cerrada de vecinos que se conocen entre ellos. «Pero a ellos se los veía poco por aquí; no se asomaban ni por la ventana. Sí que entraban y salían con la furgoneta del trabajo, y poco más».
La residencia de los detenidos se encuentra en un inmueble de dos alturas, con un jardín, todo protegido con un alto muro –de poco más de dos metros– y de arbustos. En la planta superior hay dos viviendas adosadas. La pareja alquilaba una de ellas desde diciembre de 2022. «Me dijeron que eran buenos chicos, que no se metían en líos y que eran trabajadores. Nunca tuve problemas con ellos y pagaban religiosamente», afirmó la casera a la puerta de la finca. En un extremo del jardín se podía apreciar el movimiento de la tierra, donde se encontró el cuerpo, a escasos metros de la casa. Vivieron más de un mes con el cadáver casi a la puerta.
Los vecinos de la otra vivienda trabajan en un bar en Oviedo –también en régimen de alquiler– y en la planta baja hay un taller de tapizados. «Es el de mi hijo y nunca vio nada raro ni sospechoso en la finca ni en ellos», afirmó la propietaria, quien acudió a colaborar con los agentes.
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