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Darío Menor
Roma
Martes, 21 de enero 2025, 16:43
El Papa Francisco ha suprimido el Sodalicio de Vida Cristiana, un movimiento nacido en Perú en 1971 debido a los escándalos sexuales y económicos en que se han visto envueltos tanto su fundador, Luis Fernando Figari, como otros de sus máximos dirigentes. La decisión de ... acabar con esta realidad eclesial inspirada en parte en la Falange Española y con gran influencia en algunos círculos de la alta sociedad latinoamericana supone un cambio de rumbo significativo en el Vaticano a la hora de afrontar estos casos. Ante situaciones similares con otros grupos católicos, antes se optaba por intentar depurarlos, cambiar su cúpula y reformar los estatutos, como ocurrió con los Legionarios de Cristo y su rama laical, el Regnum Christi. Fueron los miembros de la asamblea del movimiento, reunidos en la ciudad brasileña de Aparecida, los que informaron este lunes de la supresión después de que dos de ellos filtraran la decisión del Papa a la página web Infovaticana. El Vaticano no informó oficialmente de la noticia, que no obstante pudo ser confirmada por este diario en círculos eclesiales.
El Vaticano intervino el Sodalicio en 2018, tres años después de la publicación del libro 'Mitad monjes, mitad soldados', en el que los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz destaparon el infierno de abusos físicos, sexuales y psicológicos en que vivían muchos de los miembros del grupo, autodenominados sodálites. La Fiscalía peruana considera que 36 personas fueron víctimas de aquellos delitos, aunque la cifra real se teme que sea mucho más alta. Tanto Figari como otros dirigentes fueron expulsados en los meses pasados del grupo por mandato de Francisco, que pidió una investigación a fondo de la entidad al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y al sacerdote español Jordi Bertomeu. Con amplia experiencia en estos ámbitos tras sus indagaciones en la red de abusos que corrompió la Iglesia chilena alrededor de la figura del sacerdote Fernando Karadima, Scicluna y Bertomeu descubrieron que los crímenes cometidos por el Sodalicio también se extendieron al ámbito financiero.
Bertomeu llegó este lunes a Lima para informar a los obispos peruanos de la disolución y tiene previsto desplazarse luego a Aparecida para reunirse con los miembros de la asamblea del movimiento. Éstos afirmaron en un comunicado que «confían y obedecen» al Papa Francisco, lo que hace pensar que podría evitarse un enrocamiento que dificulte la supresión del Sodalicio. No se daba por descontado, ya que los dirigentes del Sodalicio arremetieron en el pasado contra los periodistas Salinas y Ugaz, que fueron recibidos el mes pasado por el Pontífice en Roma para transmitirles su apoyo ante el acoso judicial y personal que sufren por parte del movimiento. La voluntad de Papa de acabar con el Sodalicio ya fue adelantada en los últimos meses por algunas de las máximas figuras de la Iglesia peruana, como los cardenales Pedro Barreto y Carlos Castillo, quienes consideraron que esta organización «había delinquido» y la tacharon de «experimento fallido».
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