El papa Francisco se enchufa

En este Clase G, de color blanco perlado, han participado expertos de Mercedes de las factorías de Graz, que adaptó el sistema de propulsión eléctrico para circular a velocidades muy reducidas, y de Sindelfingen, que fabricaron la carrocería, el equipamiento interior y el equipamiento personalizado de forma artesanal. Todo bajo la supervisión de la Santa Sede.

El nuevo papamóvil se mueve con el propulsor eléctrico G580 con tecnología EQ. Este sistema cuenta con cuatro motores que proporcionan tracción integral en todo momento. En la parte trasera, el asiento corrido se ha sustituido por uno individual situado en el centro y regulable en altura, además de ser giratorio. Detrás del asiento principal hay dos plazas individuales a izquierda y derecha para pasajeros adicionales. El techo desaparece a partir de la puerta delantera.Por encima crece un sobretecho acristalado blindado.

La firma alemana lleva casi cien años fabricando vehículos para el jefe de la Iglesia católica. El primer coche para un pontífice fue un Nürburg 460 Pullman Saloon, que fue entregado en 1930 al papa Pío XI. Mercedes-Benz se adjudicó así el contrato de suministro de este tipo de vehículos de representación, cuyas especificaciones hacían referencia a que tenían que estar preparados para llevar a «dos dignatarios y otros empleados mediante asientos plegables».

En la década de 1960, Juan XXIII recibió un 300 Landaulet con cambio automático y distancia entre ejes ampliada. Su sucesor, Pablo VI, utilizó inicialmente un 600 Pullman Landaulet y más tarde un 300 SEL, además del primer Landaulet.

Hubo que esperar a los años 80 para ver el primer papamóvil al uso, destinado a las audiencias en la plaza de San Pedro. Lo estrenó Juan Pablo II, que decidió prescindir de la silla que era portada en andas para acercarse a la multitud. Se trataba de un 460 serie G modificado. A partir de 2002 utilizó un G 500 de la serie 463, que también usaron Benedicto XVI y Francisco.

En otras ocasiones, los papas viajaron en automóviles diseñados sobre la base de un Clase M y del GLE, coches que actualmente pueden verse en el Vaticano y en el Museo Mercedes-Benz de Stuttgart.