Los osos panda regresan a Madrid

La nueva pareja viene a llenar el hueco que dejaron el febrero la hembra Hua Zui Ba y el macho Bing Xing, de 20 y 23 años, que junto a sus gemelos You You y Jiu Jiu, de dos años, y su hija mayor Chulina, de siete, regresaron a la Base de Investigación de Cría del Panda Gigante de Chengdu (China).

Los dos pandas, él de 110 kilos y ella de 98, llegaron el martes en un Boing 777-FRT a la terminal de carga del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas en vuelo directo desde Chengdu. Jin Xi y Zhu Yu viajaron en jaulas especiales y a una temperatura de 18 grados, acompañados de 200 kilos de alimento para calmar su apetito.

A pie de pista les esperaba el equipo de veterinaria y conservación del zoo madrileño y varias patrullas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil a las que, posteriormente, se unieron efectivos de la Policía Municipal para escoltar a los osos hasta su nuevo hogar en las instalaciones de la Casa de Campo.

Para conocerlos habrá que tener paciencia. Queda por delante un mes de cuarentena para certificar el buen estado de salud de los animales, advierte Eva Martínez, veterinaria del zoo. «Seguimos de cerca muchos detalles sobre su adaptación, con acceso limitado a las instalaciones de sus cuidadores y veterinarios de Chengdu y del zoo. Si todo va bien, a finales de junio, se podrán conocer».

A partir de ahí comienza el noviazgo de la pareja de pandas. «Habrá que esperar dos o tres años para que puedan reproducirse porque aún son ejemplares jóvenes y tienen que madurar», apunta María Declaux, responsable de los programas de Conservación de Especies Amenazadas del zoo. En los últimos años, Madrid se ha convertido en uno de los puntos de referencia en Europa en la cría y reproducción del panda gigante, lo cual desde China se considera todo un éxito, con seis crías nacidas desde 2010.

Los pandas gigantes son el símbolo del zoo madrileño. El 24 de diciembre de 1978, China regaló una pareja de pandas a los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. Hubo que esperar a 1982 para el nacimiento en Madrid de Chu Lin, el primer panda alumbrado por inseminación artificial y en cautividad fuera del país asiático.