La Palma sigue deformándose

Según explican los expertos, las deformaciónes del terreno son fruto tanto de las presiones de las placas tectónicas de la corterza terrestre, los flujos magmáticas o la acomulación de bolsas hídrica. En el caso de La Palma está debida al magma que busca una salida a la superficie.

Es el material incandescente y los gases los que empujan desde el interior de la corteza terrestre hacia las capas superiores. La erupción se produce cuando esa presión rompe el terreno y provoca una fisura, como es el caso del volcan de Cumbre Vieja. Según sea la fuerza del empuje en la zona surgen las bocas de expulsión de los materiales, lo que formará con el tiempo los cráteres.

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El incremento de la deformación en la zona de la fisura por donde surge la lava indica que todavía existe mucho material magmático que presiona por salir a la superficie. Los expertos de Instituto Volcánico de Canarias (Involcan), en base a esa presion y a las experiencias anteriores en Cumbre Vieja, calculan que la erupción podría prolongarse entre 24 y 84 días. Todo dependerá de la cantidad de magma que haya bajo la superficie, lo que es muy complicado de calcular.

Por otro lado, el avance de las lenguas de lava, que cubren ya cerca de 160 hectáreas, hacen temer que al efecto destructivo se sume el riesgo de desprendimientos de material incandescente o en fase de enfriamiento. Y es que la colada, a 1.075 grados, avanza a 210 metros por hora hacia el mar. Con alturas de hasta 12 metros y un frente de 600 metros, los materiales pueden desprenderse y rodar, con el riesgo de ser alcanzados.