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Más que la belleza de sus playas volcánicas y del gigante Teide y por encima del plátano, las papas 'arrugás' con mojo picón y el carnaval, la mejor promoción de las islas Canarias suena cada día en el canon radiofónico de las señales horarias con ... sus pitidos y ese latiguillo emblemático que se repite justo cada 60 minutos (o cada vez que un locutor da la hora). Ya sean las ocho de la mañana, las doce del mediodía, las cinco de la tarde, las diez de la noche o las tres de la madrugada... siempre será «una hora menos en Canarias». Cinco palabras que definen la singularidad de las islas Afortunadas, las visibilizan con una publicidad impagable y las 'acercan' (1.400 kilómetros de océano de por medio) a los oyentes de la España peninsular. Y todo gracias al periodista tinerfeño nacido en Vigo José Antonio Pardellas, creador de la mítica frase convertida a estas alturas de la historia en todo un símbolo sonoro de la radio y de la idiosincrasia del archipiélago canario.
En plena forma a sus 86 años («85 en Canarias, jajajaja», suelta con una risotada al otro lado del teléfono), Pardellas llegó a ser director de RNE en Canarias, consiguió el Premio Ondas de 1978 a la trayectoria profesional y al mejor locutor de radio, y obtuvo el Premio Canarias a la Comunicación en 2010, entre otros galardones. El veterano periodista, una institución en las islas, cuenta que entre finales de los 60 y principios de los 70 del siglo pasado él entraba desde Tenerife en diversos programas de RNE como 'Protagonistas', que hacía Luis del Olmo desde Barcelona, o 'Para vosotros jóvenes', que presentaba Eduardo Sotillos en Madrid; y que cada vez que ambos daban la hora, él les cortaba para recordar que en Canarias era una hora menos.
«Luis del Olmo decía 'Son las once de la mañana en Las Ramblas' y yo le interrumpía 'Luis, que en Canarias son las diez, una hora menos', y él soltaba, '¡ya está José Antonio con las cosas de Canarias'! Y con Sotillos pasaba lo mismo; él decía que eran las cinco de la tarde en Prado del Rey y yo le apuntaba 'Eduardo, en Canarias son las cuatro, una hora menos'. 'Vale, bien José Antonio pues son las cuatro en Canarias'. Por ahí empezó la cosa», ilustra.
Gracias a la perseverancia de aquel joven redactor canario, las dos célebres voces de RNE incorporaron la muletilla del 'una hora menos en Canarias' hasta consolidarla en sus programas. Poco después la dirección de RNE decidió ampliarla a todos sus informativos, lo que fue rápidamente copiado por el resto de cadenas de radio –y luego por las televisiones–, acabando así con algunos equívocos que se daban en las islas. «Hasta ese momento las emisoras decían son las doce del mediodía, y aquí en Canarias la gente fruncía el ceño mirando el reloj. 'Coño, pero si yo tengo las once, la radio se ha equivocado'», rememora Pardellas.
Las confusiones ahora han cambiado de bando y son los locutores, los que, en ocasiones, se hacen un lío con las horas, atrasando el horario peninsular o adelantando el insular, o trabucando horas con minutos, dando lugar a sonados gazapos que algún programa suele recopilar cada año para el solaz de la audiencia.
Lo cierto es que los canarios, independientemente de su sexo, edad o color político, han hecho de la popular frase una bandera de todos, y cada vez que alguien en Madrid plantea igualar en todo el país los husos horarios (este domingo que se cambia la hora seguro que se volverá a debatir sobre ello), saltan con uñas y dientes para defender su particularidad. «Pase lo que pase aquí siempre querremos tener una hora menos porque es una seña de identidad para nosotros y una promoción estupenda para las islas Canarias», afirma Pardellas sin presumir para nada de su 'hazaña'. «No me hace sentir orgulloso, pero me gusta y me sonrío al pensar que una cosa tan simple como aquella insistencia haya tenido tanta trascendencia. ¡Parece mentira!«.
Hasta la fecha ningún gobierno canario ha reconocido a Pardellas las miles de horas de publicidad gratuita que su latiguillo ha dado a las islas en emisoras de toda España. Las Canarias están a todas horas presentes en hogares, vehículos, oficinas y tiendas de todos los rincones del país cada vez que un locutor de radio da la hora. Ya puestos le podían regalar un reloj... «¡pero con una hora menos!», bromea el padre de la frase más repetida de la radio.
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