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Después de que una decisión política pegase el cerrojazo a la plaza de toros de Gijón para que no celebrase toros, este martes 'El Bibio' volvió a abrir su portón de chiqueros para su Feria de Begoña. El día más taurino del año, el 15 ... de agosto, los aficionados acudieron al coso gijonés para disfrutar de un festejo mixto con la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Urdiales y el novillero Manuel Román. Al finalizar el paseíllo los allí presentes regalaron una atronadora ovación que recogió la terna.
Abrió plaza un toro soso con el que Pablo Hermoso de Mendoza no tuvo opción de lucimiento. Costó mucho que el público entrara en la faena del estellés. Hermoso se mostró afanoso y brilló a lomos de 'Índico' ante el soso astado de Romao Tenorio. Su labor fue silenciada. El cuarto de la tarde fue un toro parado que no tuvo fijeza. Hermoso tuvo que poner todo lo que le faltó al astado. No tuvo suerte el jinete que además no estuvo especialmente diestro con el rejón de hoja de peral.
Plaza de toros de Gijón
Pablo Hermoso de Mendoza (rejoneador): silencio y ovación con saludos.
Diego Urdiales: silencio y oreja.
Manuel Román (novillero con picadores): silencio y ovación con saludo tras aviso.
Toros: dos toros de Romao Tenorio para rejones, dos toros y dos novillos de Zacarías Moreno.
Diego Urdiales tuvo que hacer un esfuerzo con el primero de lidia a pie. El astado, de bonitas hechuras, se mostró muy aquerenciando y no acabó de entregarse en la muleta del de Arnedo. Urdiales, muy dispuesto, planteó la faena en los medios y lo intentó por ambos pitones. Los mejores momentos llegaron toreando por abajo al deslucido animal. Dejó la estocada a la segunda y escuchó un silencio. Llegó el quinto de la tarde y Urdiales se pudo expresar con el capote recetándole unas verónicas acompasadas con mucha cadencia. Tomó la muleta y, poco a poco, fue dando ventajas al astado para que rompiera su embestida. El de a Arnedo acabó construyendo una faena basada en el gusto, la torería y el clasicismo habitual de su concepto. Se perfiló para ejecutar la suerte suprema marcando todos los tiempos. Enterró el acero en buen sitio y cortó una importante oreja.
El tercero de la tarde dio un volatín que mermó su condición durante toda la lidia. Manuel Román tuvo que plantear la faena al abrigo de las tablas. El novillero se mostró muy firme pero no acabó de acertar con la tizona y tuvo que hacer uso del estoque de cruceta. El público silenció su actuación. El cierraplaza fue un novillo noble pero con poco fondo con el que el novillero Manuel Román administró mucho temple. Compuso la figura e intentó el toreo fundamental con mucha parsimonia. Se le atragantó el estoque al joven cordobés. A pesar de ello dejó una grata sensación a su paso en la reapertura de 'El Bibio'.
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