Ocho trucos para hacer una colada perfecta, según la OCU

Lo primero es mirar las etiquetas de lo que vamos a lavar. Hay prendas que no resisente lavar en agua por encima de los 30 grados y esto es muy importante saberlo para evitar que se estropeen. También saber si se pueden centrifugar o si pueden lavar con lejía.

La ropa de tejidos y colores delicados es mejor lavarla sola, sin mezclar. Revisemos los bolsillos y pongámoslos en un programa de agua fría. Así evitaremos desteñidos y desperfectos. Si es lana, ojo, porque muchas veces solo se puede lavar a mano.

Muchas veces sacamos de la lavadora ropa que no está suficientemente limpia. Si tienen manchas de aceite, tomate, sangre, hierba... es mejor tratarlas antes de que vayan al tambor. Podemos usar jabón y frotar, o un quitamanchas.

Hay que separar la ropa por colores. No se trata de que pongamos diez lavadoras, pero sí que el blanco se lave separado para que se mantenga inalterable. Además, a menudo, la ropa blanca se vuelve gris y se puede tratar con algún producto especial que no debe usarse en prendas de color. Por otro lado, es recomendable usar detergentes para ropa oscura que ayudan a conservarlo y que el agua no supere los 40 grados.

Es importante elegir el programa adecuado para cada colada. Lo normal es usar uno que lae en agua fría o a no más de 30 grados. Con él es suficiente para ropa poco sucia, la nuestra del día a día. Cuando usamos uno de 60 grados, no solo gastamos más energía, sino que hay muchas prendas que no lo soportan.

Elegir el detergente adecuado es también muy imporante. Los que son en líquido son suficientes para ropa del día a día. Los que son en polvo son más eficaces con las manchas, pero también menos delicados con los tejidos.

No es necesario añadir en todas las coladas quitamanchas y demás productos tratantes. Lo ideal es hacerlo solo en la coladas más problemáticas. Y lo mismo pasa con la lejía. Tampoco hace falta usar suavizante siempre.

No lave todas las prendas en el mismo programa. Habrá tejidos que necesitan menos tiempo y menos centifugado que otros. Por ejemplo, la lana. En el caso del algodón, aguanta bien altas temperaturas.