Los obispos reconocen su lentitud en el plan para reparar a las víctimas de abusos sexuales

La jerarquía eclesiástica quiere hacer un trabajo «aquilatado», que aborde de manera integral todos los aspectos de la reparación. Después de que Luis Argüello y José Cobo, nuevos presidente y vicepresidente de la cúpula de la Iglesia, saludaran y conversaran brevemente con un grupo de representantes de asociaciones de víctimas que permanecían concentradas el martes ante la sede de la Conferencia Episcopal, en la calle Añastro (Madrid), García Magán se mostró esquivo. Evitó responder a la pregunta de si la Conferencia Episcopal como institución escuchará a los supervivientes, si habrá un encuentro inminente con ellos y si estos participarán de algún modo en los procesos para resarcirles.

La Conferencia Episcopal seguirá poniendo al día periódicamente su informe 'Para dar luz', en el que hace un recuento de todas las víctimas de las agresiones sexuales perpetradas por clérigos, desde los años cuarenta del siglo pasado hasta la actualidad. Estas enmiendas no son «manipulaciones», sino actualizaciones que persiguen la precisión. A la luz de la última versión, el número de denuncias se eleva ya a 1.057, 251 más que en la última actualización, que data de diciembre de 2023. «Todos los que trabajamos con informes de abusos nos vemos sometidos a muchos datos y a necesidades de comprobación», dijo Gabriel Vera, director de la Oficina de Comunicación del Episcopado y miembro del equipo que elabora la investigación, quien admitió que quizá se ha pecado de precipitación al publicar cifras incorrectas.

Según García Magán, el número de personas que han recibido formación para la prevención de abusos dentro de la Iglesia asciende a 250.000; entre ellas 180.000 niños y adolescentes, cerca de 30.000 profesores, 22.000 padres y madres, 8.000 sacerdotes y consagrados y 8.200 monitores. «No podemos dar formación de golpe a todos los seminaristas de España, hay que ir poco a poco con los medios de que disponemos, que son los que son», apuntó el portavoz de los obispos.

La asamblea plenaria dio luz verde a un documento, 'Comunidades acogedoras y misioneras. Exhortación pastoral sobre la identidad y marco de la Pastoral con migrantes', en el que se quiere priorizar «la situación de jóvenes, menores, mujeres embarazadas, y asegurar la dignidad de las personas que se encuentran en centros de acogida y aeropuertos». «No se puede hacer una ecuación de que el inmigrante ilegal es igual a violador, ladrón, delincuente. ¿Que hay inmigrantes ilegales que han delinquido? Sí, y también españoles», sentenció.

Por otra parte, los obispos han recibido un documento con los criterios para la actualización de la formación sacerdotal inicial en los seminarios, escrito que señala las pautas y los criterios que se deben poner en marcha en las diócesis de aquí a 2026. El Vaticano está empeñado en que a la vista de los escasos seminaristas, que no llegarán a un millar, se agrupen los centros de formación para evitar que haya un seminario con solo cinco miembros, por ejemplo. A vez, los mitrados han aprobado la constitución de una comisión integrada por ocho rectores de distintas zonas para seguir trabajando conjuntamente sobre el asunto.