El obispo deja la mitra por el amor de una mujer

Novell, un hombre controvertido que no ocultaba su sintonía con el 'procés' y que defendía las terapias de conversión de los homosexuales, presentó su dimisión por sorpresa, sin que se conocieran exactamente los motivos por los que se desprendía de la mitra. Ahora se ha sabido que, aparte de la mala relación con algunos colegas de su diócesis y un sinfín de decepciones, en la determinación de Novell ha pesado el hecho de conocer a Caballol, autora de dos novelas eróticas: 'Trilogía amnésica' y 'El infierno en la lujuria de Gabriel'.

A la vista de que Roma no admite la ruptura del celibato, el todavía obispo emérito de Solsona volverá a ser un laico y pedirá la dispensa al Vaticano. Dicen en la diócesis que intentará ganarse la vida como ingeniero técnico agrícola, su formación antes de abrazar el sacerdocio. En estos momentos, la diócesis está gobernada por el administrador apostólico nombrado por el papa Francisco, el obispo de Vic, Romà Casanova, quien asume el mando mientras la titularidad del territorio permanece vacante.

El obispado de Solsona mantiene un férreo silencio sobre los motivos del abandono de Novell y vuelve a esgrimir «razones estrictamente personales» para explicar la marcha del exprelado. La Conferencia Episcopal declinó también hacer cualquier comentario aclaratorio.

Fermí Manteca, cura y exrector de Súria, municipio barcelonés del que es oriunda Caballol, destacó que el radicalismo y talante conservador de Novell contrasta con su abrupta decisión y con el hecho de que no se despidió siquiera de sus fieles. «Que ahora de golpe se vaya con una mujer es un motivo de sorpresa», declaró el religioso a TVE. Manteca se mostró partidario de la abolición del celibato sacerdotal, aunque no cree ni mucho menos que la Iglesia vaya a revisar su posición por el rocambolesco episodio de Solsona: «La Iglesia irá evolucionando, y ojalá evolucione, en el sentido de que el celibato sea opcional».

Miguel Ramón, quien trabajó como misionero franciscano en Perú, está casado, aunque se despojó de la sotana no tanto por su deseo de vivir con una mujer como por discrepancias con la jerarquía católica y el modo de concebir el sacerdocio. Cree que el caso de Novell pone de actualidad el deseable fin del celibato, y atribuye la soltería de los curas a una «inercia que viene de siglos». «No existe ninguna cuestión doctrinal que lo justifique. Jesús eligió entre sus apóstoles a hombres casados y prudentes, como Pedro», alega.

Los sacerdotes que han perdido la soltería –su número puede rondar los 8.000, sin contar los que han pertenecido a congregaciones religiosas– invocan los orígenes del cristianismo y aducen que los primeros pontífices se acogían al matrimonio y tenían descendencia.

Novell, que con 41 años fue el prelado más joven de España (ahora tiene 52), descolló en sus inicios por su carácter desinhibido ante las cámaras. Locuaz y bien humorado, aceptó la invitación para comparecer en el 'late night' de Andreu Buenafuente y ofrecer entrevistas a medios en las antípodas de su pensamiento. Desarrollaba entonces un discurso bien hilvanado para justificar su evolución hacia postulados tradicionalistas. De predicar a los 22 años el fin del celibato y el acceso de las mujeres al sacerdocio, pasó a manifestar su alarma por la caída de las vocaciones y la secularización de la sociedad. A su juicio, la homosexualidad era fruto de la ausencia de la «figura paterna». Concebía las leyes del aborto, parejas de hecho y la frustrada norma de libertad religiosa como ataques a la Iglesia, y consideraba que España se había convertido en una «tierra de misión». Ahora todas esas palabras son invocadas por sus detractores, que le recuerdan su defensa de los exorcismos para curar «heridas espirituales profundas». En el terreno político, en cambio, se decantó por el independentismo y animó a los fieles a participar en el referéndum de autodeterminación de 2017.

Una vez le preguntaron qué haría si se enamorara de una mujer. Respondió tajante: «Creo que lo que tengo que hacer y haría sería no verla más». Xavier Novell parece haberse retractado por la vía de los hechos.