«Necesitamos más psicólogos, se nos están llenando las consultas como nunca»

Fue precisamente María Jesús Álava quien abrió el encuentro con una ponencia titulada 'Desafíos en salud mental: Cómo reducir el absentismo laboral e impulsar el bienestar en los jóvenes' durante la que aportó datos que confirman la gravedad y dimensión del problema en la población joven y también en la adulta. Aquí van algunos: una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental en su vida; cuatro millones de españoles sufren depresión; casi la mitad de las bajas laborales están relacionadas con la salud mental; alrededor de un 40% de quienes necesitan tratamiento especializado no lo están recibiendo; en España se registran once suicidios diarios y otros dos intentos cada hora...

Ante este panorama Álava dijo que se les están llenando las consultas de adolescentes y adultos que llaman a sus puertas en busca de ayuda psicológica y herramientas emocionales para lidiar con el día a día. Y que ante la creciente demanda de pacientes necesitan más profesionales y mejor formados, aún más en España, donde la ratio de psicólogos en la sanidad pública ronda los 6 por cien mil habitantes, frente a los 18 de la UE y los 21 de los países de la OCDE, «lo que nos sitúa a la cola de Europa».

«Nunca desde la covid, que marcó un punto de inflexión, hemos tenido tantos pacientes en las consultas. Las tenemos llenas de adolescentes y jóvenes que vienen en situaciones límite con autolesiones y pensando que la vida no merece la pena; pero también de adultos, que llegan completamente desesperanzados, abatidos, sin ilusiones y como enfadados con el mundo. Nunca lo hemos tenido tan complicado porque vienen en esa fase en la que el psicólogo es como el último bastión al que agarrarse», analiza la experta.

¿Y qué les piden estas personas? «Que les ayudemos en su vida diaria, a conocerse mejor, a ganar en autoestima y en seguridad; quieren volver a ilusionarse, recuperar la esperanza y anhelan desactivar tensiones, relacionarse mejor y comprender los comportamiento de las personas que les rodean», describió la psicóloga antes de remarcar de nuevo el «claro déficit» de profesionales en la sanidad pública. «Necesitamos por lo menos triplicar el número y dado que la población está en peores condiciones a nivel anímico, necesitamos profesionales mucho mejor preparados. No podemos correr el riesgo de que los psicólogos que empiecen a trabajar paguen una posible inexperiencia con personas que te vienen en los momentos más vulnerables de sus vidas», apuntó Álava, convencida de que la psicología es la mejor aliada del bienestar mental.

En esta misma línea se pronunció el presidente de los psicólogos españoles, un colectivo formado por 80.000 profesionales, quien sostuvo que esta disciplina es «cada vez más imprescindible en una sociedad tan desestructurada». «La mayoría de las personas no tienen una patología mental; solo problemas que no son capaces de resolver con los recursos personales, familiares o sociales disponibles». Por ello, añadió, «necesitamos más psicólogos, mejor preparados y con buenas tecnologías a su disposición, para ayudarles a recuperar la normalidad lo antes posible».

El especialista, que es decano del Colegio de Psicología de la Comunidad Valenciana («vamos a ver una explosión de trastornos ansiosos depresivos y de estrés postraumático en los próximos meses por la tragedia de la DANA»), confirmó la alta demanda de profesionales y destacó que el nivel es «bueno», pero la preparación «ha de continuar en el tiempo» para actualizar conocimientos. «En estos momentos hay casi pleno empleo y el porcentaje de psicólogos trabajando es altísimo, pero faltan muchos en la sanidad pública».

Según Santolaya, los pacientes que acuden a las consultas «son de todas las edades», y los casos que más atienden están relacionados con la inestabilidad emocional, la ideación suicida, la pérdida del rol de la persona «con una alta ambivalencia en la toma de decisiones» y un nivel de insatisfacción general. «Y a ello se añaden cuadros de patología clínica, como depresiones, ansiedad y trastornos emocionales, tanto en población joven como adulta».