Secciones
Servicios
Destacamos
Hace cinco años, dos mujeres, madre e hija, decidieron tejer mariposas para alzar la voz contra la violencia de género. Empezaron después de una manifestación y una gran tragedia personal. Eligieron un patrón «sencillo y vistoso» y se propusieron «hacer muchas». De alguna forma, el ... tejido las unía: la hija, Itziar Prats, había aprendido a tejer de niña. En los veranos su madre le enseñaba las técnicas de ganchillo o punto de cruz.
A ellas dos, despacio, se unieron otras «ganchilleras». «Cuando nos reunimos a tejer se crea un espacio de confianza en el que podemos hablar de cualquier tema, pueden salir preocupaciones y alegrías», asegura Prats. Al compartir sus creaciones, la idea pasó de boca en boca y por redes sociales. Se comenzaron a hacer grupos para entretejer los hilos. También llegaban noticias de personas que en soledad daban forma a estos insectos alados. Las imágenes de aquellas creaciones le llegaban por miles.
Este heterogéneo grupo de mujeres, dispersas por toda la geografía, se reunió en el 'Encuentro de tejedoras', el «día mundial de tejer en público», que se celebró el sábado 15 de julio, con la presencia de las dos fundadoras de El Latido de las Mariposas, Prats e Isabel Gallardo. Durante más de cinco horas (de 10:30 a 16 h) alzaron, ganchillo en mano, la voz contra el machismo. Se pueden hacer varias en un día o trabajar una especial durante meses.
Algunas de las mariposas de tamaño de bolsillo tienen un imperdible y se posan sobre la ropa, otras son más grandes y una alcanza el tamaño de una persona. «Cuando veo a alguien con la mariposa me produce satisfacción que el símbolo se conozca y comparta. Pienso que el mensaje llega y se está generando el cambio que deseamos por la igualdad y el respeto en la sociedad».
La idea principal del encuentro, celebrado en la Nave de las Terneras de Matadero (Madrid) era estrechar los lazos entre las mujeres que tejen mariposas. También para tomar la calle, dejarse ver, visibilizar la causa que las une. «El tejido es una forma de reivindicar derechos y transmitir mensajes», explica Prats, tras la jornada. «Fue un día estupendo, para conocernos y mostrar el trabajo de las tejedoras. El cambio es una necesidad y estamos haciendo algo para contribuir a que se produzca».
Aquella idea que surgió hace cinco años, se consolida día a día. «No imaginábamos el alcance que iban a tener», reconoce Prats, que explica que las mariposas sirven de símbolo por su «capacidad de transformación y lucha».
Estas mariposas, y las que vendrán, vuelan a centros educativos, residencias de mayores, espacios de igualdad o empresas, para apoyar la causa de las tejedoras. «Faltan muchas cosas por hacer», dice Prats. «La violencia hacia la mujer no se considera un problema en muchos casos, y se está transmitiendo un mensaje negacionista».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.