La muerte del niño en la piscina de Poza de la Sal se debió a un corte de digestión y no a un ahogamiento

La Guardia Civil ha finalizado la investigación y no ha encontrado ninguna responsabilidad personal ni imprudencia. Se derivó la investigación al Juzgado de Briviesca, que definitivamente descarta «totalmente» cualquier tipo de negligencia por parte de los padres ni de los socorristas.

Al menor le sacaron inconsciente del agua el pasado 19 de julio, a las 19.30 horas, y fue atendido por personal sanitario, pero nada se pudo hacer por salvar su vida. La noticia conmocionó a esta pequeña población burgalesa en la que el pequeño era muy conocido, al igual que su familia. Desde hace un tiempo residen en Bedia, pero han vivido muchos años en Uribarri y se desplazan con frecuencia al municipio, donde en invierno viven unas 200 personas y en verano más de 2.000, casi todos vizcaínos. «Los abuelos son de Poza, la madre tiene su casita en Poza, la hermana viene mucho. Viven en Bilbao y esta es su segunda vivienda, como el 80% de los pueblos de la España vaciada», explicaba entonces Domingo Núñez, alcalde de la localidad, con visibles gestos de dolor.

Las altas temperaturas hicieron que en el momento del suceso en las piscinas hubiera unas 150 personas aproximadamente. «Fue para todos un shock grande», indicó el primer edil. Gorka estaba con su madre, otros familiares y amigos. Jugaba, como cualquier niño de 10 años. Varias residentes que estaban en el lugar de los hechos -entre ellas chicos que estaban en la piscina en ese momento- explicaron entonces que estaban jugando a ver «quién aguantaba más debajo del agua». También se habló de que los niños habían estado comiendo justo antes de darse un baño.