Secciones
Servicios
Destacamos
Juan Cano
Málaga
Lunes, 26 de agosto 2024, 08:07
Había estado de viaje en un país europeo y, al volver a casa de sus padres, comenzó a sentirse mal. El cuadro clínico que presentaba era de agitación y agresividad, así que la familia pidió inmediatamente una ambulancia para que lo llevaran a un centro ... médico.
El joven, natural de Málaga y de unos 25 años, ingresó días atrás en el Hospital Regional en estado crítico por una intoxicación aguda causada aparentemente por el consumo de sustancias estupefacientes. De ahí pasó al coma y acabaría falleciendo en las horas siguientes.
Ahora, un juzgado de la capital investiga la causa de su muerte, ya que, según los primeros indicios, habría consumido un cóctel de alcohol y drogas entre las que figuraría una sustancia que mantiene alerta a las autoridades sanitarias españolas: el fentanilo, un opiáceo sintético que está causando estragos en países como Estados Unidos.
Según ha podido saber SUR, el joven llegó al hospital en ambulancia por una intoxicación y con la sospecha de que había tomado alcohol y cocaína combinada con fentanilo o adulterada con esta última sustancia. La propia DEA norteamericana ha advertido de que este opiáceo se ha empezado a usar como sustancia de corte de la cocaína para hacerla más adictiva y potenciar su consumo.
Los distintos expertos entrevistados por este periódico coincidieron en la dificultad para detectar el fentanilo en estas circunstancias, sobre todo si el finado ha pasado por un hospital y ha recibido tratamiento farmacológico, lo que puede camuflar su presencia en las pruebas complementarias a la autopsia.
El segundo hándicap con el que se están encontrando los médicos de urgencias y los forenses es que, en España, el fentanilo no aparece solo, sino asociado a otras sustancias, por lo que «es muy difícil saber qué peso tiene realmente en la causa de la muerte», apostilla un especialista.
En España, este opiáceo se estaría introduciendo entre los toxicómanos, que lo mezclan, consciente o inconscientemente (en el corte de la cocaína, por ejemplo), con las drogas que consumen de forma habitual, según explican las fuentes consultadas.
No obstante, aún no ha trascendido en España la primera muerte confirmada por abuso del fentanilo, lo que demuestra que su consumo en el país aún es testimonial y asociado únicamente a tratamientos médicos, no como una sustancia estupefaciente.
Uno de estos casos en investigación data del pasado mes de marzo, cuando se encontró en un parque de Valladolid el cadáver de una mujer de 58 años que tenía prescrito por el médico un parche de fentanilo para contrarrestar los dolores que padecía.
No es el caso de Estados Unidos, donde se calcula que esta sustancia ha provocado más de 60.000 muertes en un año, según explicó a El Correo el jefe del grupo de drogas de la comisaría de Bilbao, Hermelo Molero. El fentanilo es un fuerte opioide sintético creado originalmente para tratar dolores intensos y cuyos efectos son 50 veces más fuertes que la heroína y 100 veces más potentes que la morfina.
Estados Unidos acordó con China el pasado mes de noviembre perseguir la expansión del fentanilo. Más de 100.000 personas mueren en el país norteamericano cada año por sobredosis y se calcula que un 68% de ellas han sido causadas por este opiáceo sintético. Son más del doble que en 2019 (antes del Covid), por lo que y muchos hablan ya de la pandemia más mortífera de la historia del país.
Para tratar de domarla, EE.UU. anunció en octubre la imposición de sanciones a 25 empresas e individuos chinos acusados de fabricar los precursores químicos necesarios para producir la sustancia, que también se utiliza en medicina como potente sedante y analgésico. Precisamente, ese doble uso dificulta su restricción.
Además, de forma cada vez más frecuente, estos precursores se exportan desde la costa este de China a México, donde los cárteles de la droga se encargan de convertirlos en fentanilo y de hacerlos llegar a Estados Unidos por las vías habituales para la cocaína. De hecho, una de las novedades es que ha empezado a usarse para adulterar esta última sustancia e incrementar su poder adictivo.
En España no se cree que termine convirtiéndose en un problema de primer orden como ocurre en Estados Unidos, básicamente porque el consumo de drogas está «más vinculado al ocio», apunta Molero.
El pasado mes de junio, Episteme Social, entidad especializada en investigaciones sociales, presentó un estudio financiado por el Ministerio de Sanidad en el que concluyó que, a tenor de las evidencias disponibles, España no sufrirá en el futuro próximo una crisis de salud pública relacionada con el fentanilo.
La preocupación de las autoridades proviene de la caída del cultivo de la adormidera o amapola del opio (de la que se obtiene la heroína) en Afganistán, donde la prohibición impuesta por los talibanes ha reducido hasta en un 95% la producción. Pese al aspecto positivo de una menor disponibilidad de esta sustancia en el mercado, los especialistas temen que esto suponga una ventana de oportunidad para el fentanilo.
Sin embargo, el estudio de Episteme Social descarta que en las circunstancias actuales vaya a producirse ese reemplazo de la heroína por el fentanilo, teniendo en cuenta que los opiáceos sintéticos llevan más de 30 años circulando por Europa y nunca tuvieron éxito en España. Además, se cree que existen reservas de heroína afgana para que al menos siga abasteciendo el mercado hasta 2027 o 2028, mientras que las actuales restricciones impuestas a la producción del fentanilo dificultan el acceso a esta sustancia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.