El mono sirena era un muñeco

A primera vista la figura parece toda una advertencia. La cabeza carece de ojos. Su boca está entreabierta en expresión de temor y muestran unos afilados dientes. Los brazos flexionados colocan las manos los lados de la cabeza como si tratara de taparse los oídos o los ojos.

Hace un año el mono sirena captó la atención de los investigadores de la Universidad de Ciencias y Artes de Kurashiki (KUSA). Querían determinar que era el impactante ser que podría tener tres siglos a sus espaldas. Para ello emplearon técnicas no invasivas como la tomografía computarizada, todo tipo de rayos X y técnicas de datación de la antigüedad. Asimismo fueron realizadas pruebas de ADN del espécimen, con muestras tomadas de la cabeza, tronco y cola. No se quería dejar ningún cabo suelto.

Tras un año de análisis los investigadores concluyeron que el mono sirena no es en absoluto un animal sino una obra de manufactura humana, según recoge la web sciencealert.com. Puede ser una representación de 'ningyo', un ser mitológico japonés, mitad humano mitad pez, no tan atractiva como las idealizadas sirenas occidentales. De hecho existe una auténtica colección de momias de 'ningyo' en Japón, todas fabricadas en el período Edo (1603-1868).

Los científicos de la KUSA descubrieron que la criatura tenía solo una mandíbula llena de afilados dientes y que carecía de esqueleto. Esta confeccionada con algodón, tela, papel y yeso, todo recubierto con una pasta arenosa. La mandíbula es de un pez carnívoro y el pelo de la cabeza y de los brazos tiene un origen animal. Las escamas de la cola proceden de dos especies distintas: las superiores son de pez globo y las inferiores de corvina o lubina. Las uñas de la manos están talladas a partir de trozos de cuerno. Un trabajo realizado con mucho esmero.

Desvelado el misterio, los investigadores devolvieron el mono sirena al templo para que los monjes y los fieles lo sigan venerando, según manda la tradición. Y es que es el 'ningyo' está relacionado con la inmortalidad. Las antiguas leyendas japonesas hablan de que se podría llegar a la inmortalidad comiendo carne o 'escamas' de ballena.

De esta manera, las sirenas siguen siendo un misterio. Existen para muchos, pero nadie ha capturado un ejemplar y las supuestas imágenes o vídeos que circulan sobre su avistamiento hacen dudar de su autenticidad. Casualmente, desde que los móviles se popularizaron, las fotografías y vídeos han descendido hasta desaparecer.