Recreación del megalodón, realizada por Metazoa Studio. HUGO SALAIS / AFP

El megalodón, más feroz que su propia leyenda

El mayor escualo que ha existido era caníbal incluso antes de nacer y devoraba a sus hermanos más débiles, según un estudio científico recién publicado

Lunes, 11 de enero 2021, 07:24

Eran enormes y voraces, como diez tiburones en uno. Eso dice la leyenda de los megalodones, y los descubrimientos científicos, más allá de los hallazgos que certifican su colosal dimensión de 16 metros de largo y una cabeza de cinco, contribuyen a darles un comportamiento ... aún más feroz. Eran, incluso antes de nacer, unos terribles depredadores, pues los pequeños alevines de este enigmático escualo prehistórico, protagonista de exitosas películas de terror, eran ya caníbales en el vientre de la madre y devoraban a sus hermanos más débiles, según un estudio multidisciplinar publicado en la revista 'Historical Biology'.

Publicidad

Crecer lo máximo posible antes de dar el salto al agua aumentaba sus probabilidades de sobrevivir. Y comerse al resto de crías, todavía en sus huevos sin eclosionar, permitía que el megalodón ('Otodus megalodon') saliera con un tamaño más grande «que la mayoría de los humanos adultos».

El megalodón reinó en los mares hace unos 15 millones de años y, aunque existe un gran registro fósil, se desconocen detalles de su biología, reproducción, crecimiento y esperanza de vida. Sí se sabe que estaban en la cima de la pirámide alimenticia. «Como uno de los carnívoros más grandes que jamás haya existido en la Tierra, descifrar sus parámetros de crecimiento es fundamental para comprender el papel que juegan los grandes carnívoros en el contexto de la evolución de los ecosistemas marinos», afirma en un comunicado Kenshu Shimada, paleobiólogo de la Universidad DePaul en Chicago y autor principal del estudio.

Depredador de 100 años

Aunque sin evidencia firme, los científicos creen que el megalodón era vivíparo y que la madre expulsaba a sus descendientes una vez que el huevo, de unos treinta centímetros de largo cada uno, había eclosionado. Pero en el caso de este depredador, los «bebés» no abandonaban de inmediato el vientre materno. Primero se daban un festín.

Este comportamiento no es ajeno al de un grupo actual de tiburones, llamados Lamniformes, y los investigadores, que también pertenecen a las universidades norteamericanas Stockton y William Paterson, lo han relacionado con un patrón que viene del megalodón.

Publicidad

Una conclusión a la que han llegado después de analizar con tomografías los anillos marcados en la vértebra fosilizada de un individuo de megalodón. Cada «banda de crecimiento» indica un año de vida, como sucede con los árboles, y el ejemplar estudiado tenía unos 46 años de edad. Según ese cálculo y su tamaño total, estimado en unos nueve metros de longitud, se determinó su porte en el momento de nacer: dos metros.

Otro hallazgo del trabajo 'Patrón de crecimiento ontogenético del extinto tiburón 'Otodus megalodon' es que crecía cada año unos 16 centímetros sin llegar a un máximo pero tampoco con «estirones de crecimiento». Crecía al menos durante su primer medio siglo y podía vivir entre 88 y 100 años.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad