álvaro ybarra zavala
Madrid
Viernes, 1 de mayo 2020, 16:52
Madrid, la capital que nunca duerme, se ha convertido desde hace ya siete semanas en una ciudad fantasma cuando cae la noche, vacía de vida nocturna en sus calles más emblemáticas por la pandemia de la Covid-19, que obliga a los ciudadanos a ... permanecer en sus casas. Lugares tan simbólicos como la Gran Vía, un torrente de personas en su ir y venir del día a día, y nudos de comunicación y transportes de la capital permanecen en silencio, aguardando el retorno a una normalidad cada vez más añorada.
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El tradicional dinamismo y vértigo de Madrid en las horas nocturnas es ahora sólo un eco de un pasado cercano, a la espera de que la ciudad recupere el pulso de su fascinante noche, ahora más oscura que nunca sin el bullicio, la risa y las conversaciones de sus paseantes.
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