Borja Muñiz Urteaga
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Borja Muñiz Urteaga
Este sábado por la noche, como todas las vísperas del 22 de diciembre, Borja Muñiz no dormirá. Se pasará las horas en vela con los números dándole vueltas a la cabeza y pensando en qué color de calcetines elegirá para el gran día. Y es ... que el presidente de los loteros españoles, que representa a las 4.200 administraciones que este domingo seguirán el sorteo de Navidad con los nervios propios de un gremio destinado a hacer feliz a la gente, es tan supersticioso como el que más.
Hijo y nieto de loteros, Muñiz (Gijón, 53 años) es, además, titular de la Administración Nº 5 de Gijón, El búho de la suerte, con la que espera volar muy alto tras agotar todos los números que tenía de Valencia. «Somos muy superticiosos y allí donde ocurre una desgracia queremos lotería porque creemos que va tocar el Gordo de Navidad. Y lo de Valencia está desatado. Ojalá les traiga suerte», dice quien está al frente desde 2021 de la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Loterías (Anapal), un colectivo que concentra en Navidad cerca del 40% de las ventas de todo el año.
-¿Qué ambiente lotero se respira este año en las calles?
-Muy bueno. La gente viene ilusionada a comprar y veo un ambiente de esperanza.
-El año pasado se facturaron casi 3.319 millones de euros en lotería e Navidad... ¿se superará ese récord?
-El año pasado ya fue récord histórico. Por eso hay que tener mucha prudencia. Solo con que se quede cerca será un muy buen año.
-¿Un lotero comparte lotería?
-Claro que compartimos lotería y compartimos ilusiones, como cualquier otra persona. Con la familia, con los amigos.... la lotería de Navidad es una tradición muy fuerte y nosotros participamos de ella.
-¿Y a ustedes les toca la lotería cuando toca a sus clientes?
-Eso es una realidad. Nuestro trabajo, aparte de gestionar un negocio, tiene el objetivo de dar un premio, sobre todo en el sorteo de la lotería de Navidad y después en la del Niño. Te diría que el 100% de nosotros estamos nerviosos por repartir un premio, es una experiencia maravillosa. Pero tampoco hay que ser hipócrita… si me toca fenomenal.
-Reciben algún detalle por parte de los agraciados con un buen pellizco.
-Algunos sí y otros desaparecen completamente y nunca más sabes de esa persona. Hay gente que viene humildemente y te cuenta que ha sido el agraciado y te trae un detallito. A veces te llega un regalo de forma anónima. Eso ya va dentro de la generosidad y el agradecimiento de cada uno. Una vez nos llegó una caja con tres botellas de champán. Venía una tarjeta con un nombre y un teléfono y llamamos para agradecerle el detalle y se sorprendió porque prefería seguir en el anonimato, pero los de la tienda se olvidaron la tarjeta al enviar el regalo... y lo delataron.
-¿A qué atribuye que en España la tradición del Gordo mantenga su interés año tras año?
-A que es algo increíble que cobra cada vez más interés por la tradición cien por cien española, la ilusión que genera y sobre todo por la superstición; todos tenemos números a nuestro alrededor, la matrícula de coche, la fecha de nacimiento, la de la boda, la del divorcio… números de los que forma parte la superstición.
-¿Cómo vive un lotero el sorteo de Navidad?, ¿duerme bien?
¡Nooo! Es una tensión cargada de ilusión. Le das muchas vueltas a la cabeza. Tengo muchas supersticiones y manías… me pongo estos calcetines que a lo mejor me dan suerte o estos otros, me visto de esta forma o de esta otra... y cosas así para intentar autoconvencerme de que voy a dar un premio.
-¿Sigue el sorteo pegado a la tele o a la radio? ¿Se sabe de memoria los números que lleva?
-Cuando los niños de San Ildefonso cantan los números siempre dices 'ah, éste me suena creo que lo llevamos', pero luego es uno parecido. La campaña de Navidad dura casi seis meses y te vas haciendo con los números que tienes y los vas conociendo, pero nosotros llevamos más de dos mil distintos y es imposible memorizarlos todos.
-Cuando ve las colas en Doña Manolita… ¿siente envidia sana?
-Sí, por supuesto. Envidia sana y de la mala también, jajaja. Es un negocio muy bien llevado y me encantaría tener ese éxito. Yo no me puedo quejar, pero Doña Manolita está a años luz.
-¿Tiene un número favorito?
-Soy más del que me den. Este año he tenido la suerte de que en mi administración se ha consignado el número de mi nacimiento, el 30771. No lo he pedido, ha sido pura casualidad. Y lo he jugado, claro.
-¿Cuánto juega para este sorteo?
-Unos 300 o 400 euros. Muchos de mis clientes son restaurantes y bares y si vas allí coges un décimo. Además, como tengo deformación profesional si voy a otra ciudad entro en una administración de lotería para ver si puedo copiar ideas y de paso compro un décimo.
-El precio, 20 euros el décimo, lleva invariable desde 2002, ¿cree que debería subir?
-Sí, el décimo a 20 euros es ridículo. Yo apostaría por subirlo como mínimo a 25 euros. Y también habría que subir los premios. Hace 20 años con el Gordo de 400.000 euros te daba para comprar dos pisos, un cochazo y hacer un viaje. Ahora esos 400.000 euros son 328.000 por los impuestos que antes no existían, y con ese dinero ya no compras el pisazo que igual estabas pensando.
-¿Qué comisión se lleva un lotero de cada décimo de Navidad?
-De cada décimo de Navidad que vendemos el lotero se queda con el 4,5% (90 céntimos brutos), pero es que el resto de la lotería nacional se comisiona al 6%. No es comprensible que la lotería de Navidad, que da mucho más trabajo, sea castigada con una comisión menor.
-¿Qué haría si le toca el Gordo?
-Invertiría en vivienda, pero también tengo muchas ganas de reformar mi administración.
-¿Están notando el 'efecto Valencia'?
-Sí, sí, pero de un modo desatado. Tengo mucha curiosidad por ver los datos de Valencia este año porque creo que la media va a subir de forma exagerada (la provincia jugó en 2023 de media 82,70 euros). La gente quiere lotería de allí por solidaridad, pero también por superstición. Somos muy superticiosos y allí donde ocurre una desgracia queremos lotería porque creemos que va tocar el Gordo. La gente busca los décimos manchados de barro porque hay lotería que se ha mojado, pero se ha recuperado. Puro fetichismo.
-¿A usted le piden sus clientes décimos de las zonas afectadas por la dana?
-Constantemente. En mi administración tenemos lotería de otras provincias porque hacemos intercambio, y la que tenía de Valencia ya está agotada. La gente viene como loca y cuando les digo que no me queda lo siguiente es de Málaga, que tampoco me queda. Y lo siguiente de alguna provincia de la Comunidad Valeciana, de Alicante o de Castellón.
-¿A quién desea especial suerte este año?
-A Valencia por supuesto, estaría muy bien que tocase el Gordo y que salgan para arriba de esa tremenda desgracia, pero también que toque a quien realmente lo necesite para salir de un apuro económico.
-¿A usted le ha tocado algún a vez?
-No, pero el año pasado di el Gordo de Navidad y en 2024 el primer premio del Niño.
-¿Qué números le piden?
-Muchos piden el de la fecha de la dana, el 29104. Otros las clásicas terminaciones en 13 o 69. Y hubo un 'tiktoker' que se inventó un número y lo teníamos nosotros y nos han masacrado con ese número, el 40020, feo como un demonio.
-La inteligencia artificial (IA) ya ha elegido el número del Gordo…
-Es parte de la tradición. El año pasado ya salió un número elegido por la IA y no tocó ni el reintegro. Es lo mismo que pasa con los videntes, con los 'tiktokers', con la gente que sueña con un número… la lotería es un juego de azar y hay que quedarse con eso.
-Haga de adivino por un segundo… ¿en qué va a terminar el Gordo?
-Pues mira me acaba de venir a la mente, en 09.
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