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«Los límites del humor son el Código Civil y el Penal»

Javier Durán | Guionista

Un verano a la última
«Los límites del humor son el Código Civil y el Penal»

El guionista de televisión Javier Durán se ha dedicado a investigar los entresijos de 'La vida de Brian'

Viernes, 19 de julio 2024, 00:24

'La vida de Brian' es una obra maestra del cine, pero a punto estuvo de truncarse por la censura preventiva. Si no hubiera sido por la aparición proverbial de George Harrison, el músico de los Beatles, admirador de los Monty Python y productor que empeñó su mansión para que la película fuese una realidad, es muy probable que nunca hubiera visto la luz. El guionista de televisión Javier Durán se ha dedicado a investigar los entresijos de la que quizá sea la mejor obra del grupo cómico en el libro '¿Qué han hecho los Monty Python por nosotros?' (Plataforma Editorial), una obra en la mantiene la tesis de que, al cabo de 45 años, la cinta conserva toda su frescura e irreverencia.

–'La vida de Brian' fue una revelación para usted?

–Creo que la rescaté cuando vi 'El sentido de la vida', la primera peli de los Monty Python que me dejó 'loquer'. Empecé a recuperar cosas de ellos y llegué a 'La vida de Brian', una obra que me abrió todo un mundo de posibilidades. «¿Pero todo esto se puede hacer», me dije asombrado. Fue como descubrir el LSD. De repente pensé: quiero hacer lo mismo. Me di cuenta de todo era parodiable.

–¿Qué lecciones o enseñanzas saca de la película? 

–Que los límites del humor son el Código Civil y el Penal. Cuanto más se tome en serio la gente un asunto, más se puede reír uno de él, ya que se dispones de toda una iconografía para montar una parodia. 

–¿Nadie había hecho algo parecido hasta entonces? 

–Los hermanos Marx ya cultivaban un humor salvaje. Más que de la religión, la película es una crítica de las creencias y los mesías. Cuando empezaron a pensar en la película, querían hacer una parodia de Jesucristo. Pero se dieron cuenta de que Jesús era un tío estupendo y que era muy difícil reírse de alguien que era tan bueno. A los Monty Python les funcionaban mucho mejor los personajes mezquinos y chungos. Se documentaron a fondo y llegaron a la conclusión de que lo más interesante era que en esa época florecieron los mesías, gentes que mantenían un discurso absurdo en un momento histórico en que no sabe qué va a pasar. Igual esto nos suena de algo.

–¿Hubo caza de brujas o los intentos de censura ayudaron a ampliar la resonancia del filme?

–John Cleese, uno de los miembros del grupo, dijo que gracias a todos los críticos de 'La vida de Brian' se hizo millonario y famoso, o sea, que a todos les vino muy bien. Fueron muy inteligentes y siempre negaron que hubiera una ofensa a los sentimientos religiosos, dado que no se centraron en la figura de Jesucristo, sino en la vida de un judío que tiene una vida paralela a él, que nace el mismo día  y a veces fue confundido con él.

«Cooperativa del humor»

–Al igual que en los Beatles había dos genios, McCartney y Lennon, ¿en Monty Python había talentos que sobresalieran por encima del resto?

–Para mí eran una cooperativa, una comuna del humor. Es verdad que el que tiene más aura y el más preparado intelectualmente es John Cleese, que es quien reúne a todos, pero todos los tipos de humor, incluido el de Terry Gilliam, que era supersalvaje y estaba muy preocupado por lo visual, se integraban perfectamente en el conjunto.

–Graham Chapman se tomó muy en serio su papel y dejó la bebida. Sabía que se la jugaba.

–Es que su película anterior, 'Los Caballeros de la mesa cuadrada...', había sido un desastre, en parte porque Graham Chapman estaba alcoholizado y no se sabía los diálogos. Su físico se prestaba más a encarnar a Brian, así que se lo tomó tan en serio que dejó el alcohol, lo que le llevó a sufrir 'delirium tremens'. Lo pasó fatal, pero llegó limpio al rodaje.

–¿Hoy se podría hacer una película como 'La vida de Brian'?

–Los problemas serían la financiación, la crítica en redes sociales y gente como Abogados Cristianos, que meterían una querella por cada segundo de película. Los Monty Python sí que estuvieron cancelados, pues la película estuvo prohibida en muchos sitios.

–Muy entusiasmado tenía que estar George Harrison para hipotecar su mansión con el propósito de financiar el proyecto.

–Es que George Harrison era muy fan de los Monty Python, igual que John Lennon. Los contactos de Eric Idle con el mundo de la música le llevaron a entablar relación con George Harrison, quien dijo con los ojos cerrados: vamos. Hipotecó para ello una mansión gótica espectacular y sus oficinas. Fue de una generosidad suprema. Gracias a ello Harrinson y su socio pudieron fundar su propia productora de cine, HandMade Films.

–¿Fue en el rodaje cuando afloraron las primeras disputas en el grupo?

–Surgieron las primeras rencillas porque John Cleese ya no quería seguir con el programa de los Monty Python en la BBC y quería hacer el suyo propio. Pero en el rodaje se implicaron todos a muerte. La película fue su canto del cisne.

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