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Hazia duerme en su cuna ajena al ajetreo que se traen los adultos que la rodean desde poco después de que llegara al mundo, el pasado 22 de octubre. Hazia la llaman mientras le hacen los cariños normales ante una bebita muy deseada. Todos menos ... quien le debe dar carácter legal a su nombre, «una jueza de Vitoria que lo ha vetado y que nos dice que o le ponemos otro o lo elegirá ella y la inscribirá así en el registro», cuenta enfadada Rosa María Manteiga, abuela de la criatura.
Bergoi López y Alazne Cimavilla eligieron el nombre de su segunda hija en cuanto les desvelaron el sexo del bebé que venía. «Pusieron especial esmero y lo eligieron con todo el cariño del mundo. A todos nos pareció un nombre precioso y nos gusta su significado (semilla en castellano)», recuerda la abuela. Cuando la niña llegó al mundo, sus padres, como muchos otros, delegaron en el hospital el trámite de solicitar su inscripción en el registro, algo que desde hace unos años queda en manos de un magistrado. La sorpresa llegó dos días después.
«Avisaron del hospital de que habían dicho que no aceptaban llamarla así por dos razones: que no había ninguna otra niña con ese nombre y porque era un sustantivo», cuenta. La incredulidad de los primeros momentos dio paso a la indignación. La familia se puso en contacto incluso con Euskaltzaindia «que nos dijo que no veían ningún problema». «Ibai y Aritza también son un sustantivos ¿Por qué se admite Zigor, que significa castigo, y no Hazia?», plantea Rosa María.
Loco, Caca, Alua o Aker. Son ejemplos un poco extremos pero la Ley del Registro Civil española y Euskaltzaindia coinciden en rechazar nombres que sean motivo de burla o denigren al menor.
Judas, Satán, Bin Laden, Stalin, Hitler. Como en el caso anterior, además de moralmente dudosos, pueden afectar a la vida del niño.
Limón, Andreita, Adidas, Rafa Nadal. La normativa rechaza los nombres de frutas, los diminutivos, las marcas y los nombres de famosos.
El organismo que vela por la lengua vasca tiene un departamento dedicado casi exclusivamente a onomásticas. Reciben muchas consultas y por regla general lo que se impone es evitar nombres con connotaciones negativas como 'aker' (macho cabrío), 'alua' (tonto o vulva), ordots (cerdo), ozpin (vinagre) o zakar (basura) entre otros. Sin embargo con las traducciones hay cierta flexibilidad, como demuestra la profusión de chicos llamados Zigor o que se admita Otsoa (lobo). Luego está la ley española, que data de 1957 pero que ha ido actualizándose con el paso de los años y las modas. Según esta normativa no pueden usarse nombres que lleven a burlas o que tengan connotaciones negativas. Así que nada de Osama Bin Laden, Stalin, Hitler, loco o caca, ni nombre de frutas ni diminutivos del tipo 'Andreita'. Quedan fuera de los elegibles también Satán, Judas, los de los famosos y los de marcas entre otros.
La familia de Hazia no considera que el nombre del miembro más joven del clan entre en alguna de estas casuísticas. Por eso, tras la primera negativa acudieron a hablar con la jueza «para intentar explicarle las cosas». El encuentro no fue bien. «Se mantuvo en sus argumentos y además nos dijo que si no escogíamos otro, ella misma elegiría uno. Bergoi se negó a coger o firmar nada y se marchó así que ahora estamos esperando a que nos llegue una carta en la que ponga cómo dicen que se llama mi nieta», relata la mujer visiblemente molesta. Con la ley en la mano, la jueza puede imponer el nombre de su vástago a unos padres si el que ellos proponen se rechaza.
Con varios trámites parados por la ausencia de nombre –incluida la solicitud de ayuda por maternidad y paternidad o su cartilla de la Seguridad Social–, la familia ha solicitado una nueva reunión con la magistrada para reconducir la situación. «Creemos que lo que pasa es que una de las acepciones de 'hazi' es semen, pero es que una de las acepciones de Pilar es Columna y no por ello se prohíbe el nombre», argumenta la abuela de la pequeña que apunta que en la cultura musulmana existe un nombre parecido, Aziah, «que sí nos han dicho que le podríamos poner».
– ¿Y si les imponen un nombre?
– Iremos a los tribunales más altos. Mi nieta se llama Hazia.
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