
«Gracias, Jorge, por tu bondad y cercanía»
La víctima del 'caso Gaztelueta' se despide de Francisco, con quien se cruzó mails y se reunió en Roma para hablar sobre pederastia
Juan Cuatrecasas
Miércoles, 23 de abril 2025, 11:03
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Juan Cuatrecasas
Miércoles, 23 de abril 2025, 11:03
El primer contacto fue una postal de Navidad firmada por F. y remitida desde Casa Santa Marta. 00120. Ciudad del Vaticano. Ocurrió en 2014. Era ... la respuesta que el Papa le daba a Juan Cuatrecasas (padre), que meses antes le había remitido la documentación sobre los abusos sexuales y el acoso que su hijo había sufrido en el colegio Gaztelueta. Aquello sirvió para que la Santa Sede pusiera en marcha una investigación, cerrada en falso en un principio y reabierta por orden del Papa años después, que ha finalizado con la condena religiosa del profesor.
Hoy, Juan Cuatrecasas es un veinteañero que, a petición de este periódico, escribe su testimonio sobre qué significó Francisco para él y para su caso, que el Papa se lo tomó como un tema personal y ejemplarizante para toda la Iglesia. Ambos llegaron a encontrarse en persona en junio de 2022 en Roma en el rodaje de un documental producido por Jordi Évole, en el que diez jóvenes de todo el planeta cuestionaban al Papa sobre diferentes problemáticas actuales.
Cuatrecasas puso encima de la mesa el de la pederastia. «Te agradezco la valentía de haberlo denunciado porque hace falta tener pantalones para hacerlo (...) Mi política es limpiar; tolerancia cero». «Cubrirlos (los abusos) fue la tentación de la Iglesia antes de que cayó en la cuenta de que no hay que hacerlo», le reconoció entonces Bergoglio, que en estos tres últimos años ha mantenido una relación vía mail con el joven Juan.
«No sabría muy bien cómo describir al Papa Francisco. Y creo que nadie podría hacerlo del todo.
Mi opinión sobre él es difusa. Para mí, fue una de las figuras más salvables dentro de la Iglesia Católica. Y aunque no comparto su fe, sí me sentí cerca de algunos de sus ideales humanos.
Fue un papa cercano. Su trato conmigo fue cordial en todo momento, como si intentara despegarse de la pomposidad de su sotana blanca.
Desde que aparecí en el documental junto a él, recibí buena atención de su parte, especialmente a través de correos. Se ocupó personalmente de mi caso y lo llevó hasta su resolución, aunque para mí el desenlace no haya sido justo.
Él me dio la oportunidad de contar mi historia en ese documental. Y siento que, de alguna manera, me encomendó la misión de intentar abrir los ojos de aquellos que desde su fe justifican todo mal.
Gracias, Jorge, por tu bondad, cercanía y por tus esfuerzos constantes por sanar la institución enferma que representaste.
Descanse en paz».
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