Juan Claudio de Ramón celebra la «cariñosa majestad» de David Gistau

«David era un tipo estupendo y un gran escritor, y si esta ocasión solo sirviera para que sus hijos lo vuelvan a escuchar, ha merecido la pena», dijo el ganador ante Luca, Leo, Dante y Bianca, los cuatro hijos de Gistau, y su viuda Romina Caponnetto. «Vuestro padre fue un gran escritor. Una de esas extrañas personas que, dotadas de manera sobresaliente para un oficio, lo están aún más para la vida. Y eso es extraordinario», aseguró De Ramón después de que un emotivo acto su hijo Leo recibiera un 'reaparecido' retrato de su padre elaborado por Ricardo Martínez.

«Sobre los que escribimos ahora y rondamos los cuarenta, David ejerció una especie de cariñosa majestad, involuntaria, porque nunca quiso dar lecciones, pero tampoco podía evitar dar ejemplos. Sobre todo, de honradez, que es una virtud igual de patente en su obra y en su vida», agregó De Ramón sobre «un gigante de su generación» a quien trató, «lo suficiente para cogerle un inmenso cariño». Un afecto que ayer renovó evocando «la voz corpulenta, larga y generosa» de Gistau «condimentada siempre con la risa». Un columnista jocundo que, como varios de sus amigos y colegas recordaron «hubiera preferido hoy ver el fútbol, Francia-Marruecos, en lugar de asistir a un acto como este».

Reconoció De Ramón que su columna ganadora se inspira en el ensayo de Keynes '¿Soy un liberal?' «Hago algo parecido con el movimiento feminista, pero sería equívoco pensar que mi columna tiene que ver solo o principalmente con el feminismo. Está escrita contra ese cierre brusco y dogmático de debates difíciles que siguen mereciendo debate», aclaró. «Su moraleja es que hay que agradecer a los movimientos políticos que en un cierto momento gozan de boga que abran nuevos interrogantes», agregó.

Confesó que la persuasión es lo que más le seduce de una columna. «No el esfuerzo de convertir, sino el de persuadir», dijo. «Lo importante, lo único verdaderamente importante, es no dar nunca la conversación por terminada», planteó. «Pido a todos que nunca dejemos de creer en el poder de la palabra, sobre todo de la palabra impresa en los periódicos, para aplastar cada día un poco las tinieblas», concluyó antes de recibir el cuadro del Alberto Corazón que incluye el galardón.

Antes de la entrega, Jesús García Calero, director de 'ABC Cultural', debatió sobre la impronta de David Gistau, en una charla en la que Rebeca Argudo, -columnista de 'La Razón' y 'El Español'-, Jorge Bustos, -jefe de Opinión de 'El Mundo'-, y Rosa Belmonte, -columnista de Vocento-, evocaron el talento singular de Gistau, su curiosidad inagotable y su coraje para defender sus criterios. Todos estuvieron de acuerdo en que, a medida que pasa el tiempo «su figura se agiganta entre las nuevas generaciones».

Bustos aseguró que Gistau «descubrió un periodismo imposible rompiendo los tabiques en los que permanecía estabulada la opinión». Algo que logró a base de «independencia, irreverencia, siendo impuro en el mejor de los sentidos y con un estilo sencillo». «Nos incitó a ser libres con unas columnas que eran las píldoras que alimentan la información», dijo Argudo. «Escribía y pensaba muy bien, era un comunicador completo y un gran tertuliano, pero no le gustaría que lo dijéramos: sabía que la tele envilece mucho y que solo hay que ir si se necesita dinero», apuntó Belmonte.

A estos colegas que evocaron a Gistau se refirió el ganador como «dignos herederos de su espíritu burlón, ilustrado y combativo». «Sois mujeres y hombres libres e íntegros que no tenéis intención de colgar los guantes», dijo De Ramón, que tomó el relevo del periodista y escritor Alberto Olmos, ganador de la primera edición del premio, y del filósofo y escritor Diego S. Garrocho, vencedor de la segunda.

Licenciado en Derecho y Relaciones Internacionales y graduado en Filosofía, es diplomático y firma habitual en medios como 'The Objective', 'Letras Libres', 'Jot Down', 'Claves de Razón Práctica' o 'El Ciervo'. Casado y padre de dos hijos, entusiasta de la historia de las ideas políticas, adora el cine clásico y el chocolate negro.

Destinado en las embajadas española en Canadá e Italia, es autor de 'Canadiana: Viaje al país de las segundas oportunidades' (Debate), sobre su experiencia en el país. Este año ha publicado 'Roma desordenada: la ciudad y lo demás' (Siruela), relatando sus vivencias como primer secretario. Tiene en su palmarés el premio de periodismo político Antonio Fontán, que ganó hace cuatro años.

Patrocinado por Fundación ACS y Santander, el premio homenajea al columnista nacido en Madrid en 1970 fallecido en febrero de 2020 que desarrolló parte de su carrera en los diarios 'ABC' y 'El Mundo'. Se creó para poner en valor el periodismo independiente, de calidad, honesto y valiente que encarnó Gistau.