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BEATRIZ CAMPUZANO
Lunes, 26 de diciembre 2022, 11:54
La muerte violenta de un joven de 24 años consternó ayer a todo Guipúzcoa. La Navidad se enturbió en el territorio con el crimen que acabó con la vida de Lukas Agirre tras recibir dos navajazos a la salida de una discoteca en pleno centro ... de San Sebastián.
Los hechos ocurrieron hacia las 6.00 horas de la madrugada en las inmediaciones de un local de ocio nocturno situado en la plaza Okendo, según el departamento vasco de Seguridad, cuando por motivos que no se han esclarecido se inició una pelea entre la víctima y sus amigos y otro grupo de personas. Al parecer, la discusión se originó por un cigarro y la trifulca comenzó en la discoteca, aunque continuó a la salida de esta. El joven falleció al sufrir un profundo corte en el cuello y una puñalada en el pecho. A pesar de los intentos de frenar la hemorragia derivada del corte en el cuello, no se pudo salvar la vida de Lukas y murió desangrado. Tres jóvenes de nacionalidad española fueron detenidos –uno de ellos, el presunto autor material de los navajazos, se entregó a la Ertzaintza– por su relación con el crimen.
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Eran las 6.20 horas de la madrugada cuando la Ertzaintza recibió el aviso de que se había producido una agresión en la plaza Okendo. Al parecer, la discusión comenzó momentos antes en el interior de la discoteca, si bien la agresión con arma blanca tuvo lugar en el exterior de esta. El cuerpo malherido del joven quedó tendido junto a un muro lateral del hotel María Cristina, a unos 40 metros de la salida de la discoteca. A este punto se desplazaron varias dotaciones policiales, que se encontraron a un joven con heridas de arma blanca en el cuello y en la zona del pecho, por lo que se solicitó inmediatamente la presencia de asistencia médica. Por desgracia, a pesar de los esfuerzos del personal sanitario, la víctima falleció en el lugar de los hechos. Era Lukas Agirre, un joven hernaniarra de 24 años que, según fuentes consultadas por este periódico, residía en Donostia. Cerca de una hora después se realizaron las primeras detenciones en distintos puntos de San Sebastián.
Mientras los agentes de la policía científica empezaban a inspeccionar el lugar, a las 7.20 horas aproximadamente, la Guardia Municipal localizaba en la calle Fuenterrabia de la capital guipuzcoana a dos personas, una mujer de 28 años y un varón de 26, presuntamente implicadas en este homicidio. Agentes de la Ertzaintza procedieron a su detención. Posteriormente, hacia las diez de la mañana, detuvieron a una tercera persona de 24 años también en Donostia. Al parecer se trataba del presunto autor material de los hechos, que según fuentes policiales, se entregó con su madre unas horas después de haber cometido el crimen. Los tres arrestados son de nacionalidad española y residentes en Gipuzkoa, según fuentes policiales. Al cierre de esta edición continuaban detenidos y se espera que hoy o mañana sean puestos a disposición judicial.
El levantamiento del cadáver de Lukas Agirre se produjo unos minutos antes de las doce del mediodía. Hasta entonces, la Ertzaintza mantuvo la zona acordonada, con un biombo tras el que yacía el cuerpo de la víctima. Durante toda la mañana, la policía científica inspeccionó la zona al detalle, desde la puerta de la discoteca hasta el punto donde quedó tendido el joven y acabó falleciendo tras la agresión. Quienes paseaban ayer por la calle Okendo o junto al río Urumea, en una soleada mañana de Navidad, no salían de su asombro al enterarse de que horas antes se había producido una muerte violenta en la aparentemente tranquila plaza Okendo. Minutos antes del mediodía, el cadáver fue trasladado por una furgoneta al Instituto de Medicina Legal de Donostia. La comisión judicial también estuvo presente en todo momento en el lugar de los hechos y tanto la inspección de la zona como del cuerpo de la víctima se realizó de manera conjunta entre la Policía Científica de la Ertzaintza y forenses del Instituto Vasco de Medicina Legal (IMVL).
Amigos de la víctima que presenciaron el trágico suceso se personaron en las dependencias policiales situadas en Ondarreta para prestar declaración de lo ocurrido. Afectados e intentando asimilar lo ocurrido, no quisieron hacer ninguna declaración. Tras permanecer varias horas en dependencias policiales, abandonaron juntos las instalaciones desolados. La comisaría de la Ertzaintza en Donostia mantiene abierta una investigación para esclarecer lo sucedido.
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