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Jontxu, el «estafador del amor» de Gernika que se hace pasar por guerrillero y cirujano

Jontxu, el «estafador del amor» de Gernika que se hace pasar por guerrillero y cirujano

Numerosas chicas han alertado a la Policía en Euskadi, Cataluña y Madrid del «peligro» de este joven vizcaíno

David S. Olabarri

Domingo, 27 de abril 2025, 08:21

Jontxu ha trabajado de muchas cosas en su vida. Tiene 32 años. Pero este vecino de Gernika ya ha sido espía de los servicios secretos de Cuba. Neurocirujano. Guerrillero en Colombia, África y Afganistán. Estuvo involucrado en un proyecto dirigido a conseguir la cura contra el cáncer. También fue pareja de una famosa actriz española y jefe de un comando de ETA. Es vegano. Feminista. En los últimos tiempos se había dedicado a colaborar en los campos de refugiados de Gaza y a operar a las niñas que han sufrido la ablación del clítoris en Somalia.

La de Jon L. L. sería una vida de película si no fuese por un pequeño detalle: todo es mentira. Un gran engaño que ha ido perfeccionando con el paso de los años y que ha ido adaptando en función de sus víctimas. Por norma general conoce a las mujeres a través de aplicaciones de citas como Tinder o Bumble y en redes sociales como Instagram. «Te estudia para ver cómo engancharte. Si eres vegana, él te convence de que también lo es aunque acabe de comprar dos quesos. Si te gusta la escalada, él conoce a los mejores alpinistas. Tiene respuesta para todo», explica una joven bilbaína.

A partir de estas pequeñas variaciones, siempre hay unos puntos en común en todas sus historias. Se hace pasar por vasco de origen cubano y ascendencia noruega (o irlandesa) y recurre mucho a su papel de espía y de cirujano. También hay signos en común entre sus víctimas. La gran mayoría de ellas son licenciadas de unos 30 años, con inquietudes sociales y culturales. En general, todas son chicas guapas con capacidad para empatizar con los demás. Y esa es una de las claves de esta historia: Jontxu es capaz de transformar una virtud en un punto débil para entrar en tu vida. «Se aprovecha de las buenas personas», resumen.

Toda esta historia de espías, guerrilleros y médicos que salvan vidas sería hasta divertida si no fuese porque su farsa ha generado muchísimo dolor, perjuicios económicos y miedo a decenas de mujeres de las que supuestamente se ha aprovechado. 'El Correo' ha recabado el testimonio de una decena de jóvenes. Algunas han tenido relaciones serias de varios meses –y le han denunciado– y otras sólo tuvieron un par de citas antes de salir huyendo de allí. No se conocían entre ellas hasta hace un par de semanas, cuando la tapadera de Jontxu empezó a caer en pedazos.

La mentira de este exjugador de rugby se destapó casi por casualidad. Fue gracias a una conocida de una de las víctimas catalanas. Esta chica conocía bien a Jon. «No es nada de lo que te ha dicho», le dijo. Ella veía señales de alarma desde hacía tiempo. Sentía que cada vez era «más violento» cuando ella cuestionaba alguna de sus historias –«al principio pensaba que si se ponía así era por mi culpa, por dudar de él»– y percibía que trataba de ponerle en contra de sus propios amigos y familia. Pero se resistía a pensar que su pareja le estuviese mintiendo de esa manera.

«Hay que pararle los pies»

Esta joven se decidió a tirar del hilo y no tardó en confirmar que las muchas cosas que no le cuadraban eran pura invención. Alguien le habló de otras supuestas parejas de Jon y contactó con ellas. A todas les contaba la misma historia: Cuba, guerrilla, Somalia, operaciones a vida o muerte... Lo que no esperaban era descubrir que Jon se sacaba selfies en las casas de todas para mandar después la foto al resto de víctimas diciéndoles que estaba en su casa de Gernika o en una misión secreta en un piso de algún país remoto. Fue entonces cuando algunas acudieron a los Mossos d' Esquadra y ofrecieron su testimonio al diario 'Ara'. A partir de ahí, no han dejado de surgir jóvenes. «Esto no son unos cuernos».

Nadie sabe con precisión a cuántas mujeres ha engañado con sus mentiras. Lo que se sabe es que acumula víctimas por todo España. Bilbao, San Sebastián, Madrid, Granada, Barcelona, Girona, Cádiz... Este periódico ha podido constatar que –al margen de otras denuncias por agresiones y peleas– varias mujeres le han denunciado en Cataluña y Madrid. Al menos otra chica también acudió la semana pasada a la Ertzaintza para alertar de su peligrosidad. Algunas mujeres le han acusado de maltrato psicológico y estafa, entre otros delitos. Pero también se sienten abusadas sexualmente porque todas pensaban que estaban en una relación monógama y él «insistía en no utilizar preservativo». También aparece en los ficheros policiales por haber estado inmerso en varias peleas y disputas familiares.

Todas han querido dar su testimonio (anónimo) a este periódico porque saben que no va parar y quieren evitar a otras chicas el sufrimiento que ellas han vivido. «Es retorcido. Lo hace porque le da morbo. Pero también porque vive de esto, de que le mantengas. Cuando te decía que tenía una misión internacional en algún país lejano o una operación importante en realidad se estaba yendo a la casa de otra chica. Ese es su día a día», explica una de las mujeres.

Las chicas saben que va a ser muy difícil que le condenen por lo que ha hecho. «Mentir no es delito», asumen. Y probar una estafa económica no es fácil porque en muchos casos no hay rastro de las transacciones. Pero para ellas eso es lo menos importante. Se han unido porque saben que «no va a parar». Saben que «va a ir a más» y no quieren que otras chicas sufran lo mismo. «Hay que pararle los pies».

«Igual debería haber sido más sincero por responsabilidad afectiva», dice Jontxu

Este periódico se ha puesto en contacto con Jon para conocer su versión de las decenas de acusaciones de las chicas a las que supuestamente ha engañado. Este joven asegura que no le han notificado ninguna denuncia relacionada con estos hechos y niega haberse aprovechado económicamente de ninguna mujer. «Tengo hipoteca, coche y trabajo», dice. También rechaza haber agredido física o emocionalmente a las víctimas. A lo que no contesta es a la pregunta de si trabaja en los servicios secretos cubanos o si es médico. «Que sea zapatero o cómo me gane la vida no es algo que les importe», afirma. Y, sobre las acusaciones de relaciones simultáneas, lanza una pregunta: «¿Qué problema hay en que folle con quién quiera?». En todo caso, la única autocrítica que realiza se centra en que «igual debería haber sido más sincero» con algunas chicas «por responsabilidad afectiva».

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