Isabel López Córdoba, delante de su quiosco. JAG

Isabel, la quiosquera que vende prensa cerca del Palacio de Hielo

El establecimiento está junto a una de las tres reconvertidas morgues de Madrid

Domingo, 5 de abril 2020, 17:54

Se llama Isabel López Córdoba, tiene 50 años y es quiosquera en la calle Silvano, junto al Palacio de Hielo de Madrid, donde cada día a eso de las siete de la mañana abre las puertas de la información y el entretenimiento de papel ... a sus clientes. En estas semanas de crisis sanitaria y de confinamiento, acudir al quiosco se ha convertido en todo un alto en el camino en la rutina diaria del encierro entre las paredes de casa. Puede que sea por las ganas que hay de salir a dar un pequeño paseo (el que nos lleva cada día a comprar el pan y el periódico y de paso a oxigenarnos) o por la necesidad de tener información de calidad y contrastada en estos tiempos de querer saber y conocer frente al ruido mentiroso y perturbador de las 'fake news', pero lo cierto es que Isabel está vendiendo más prensa que nunca.

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«Sí que se está notando que la gente quiere estar informada. Estoy vendiendo muchos periódicos y me alegro, porque eso significa que nosotros los quiosqueros estamos prestando un servicio público importante, como el que están realizando los periodistas. Nosotros, como los profesionales de los medios de comunicación, también jugamos un papel importante. Indudablemente no es el mismo que el del personal sanitario, que ellos sí que se están jugando el tipo en los hospitales, pero cumplimos nuestra misión de garantizar el derecho de la gente a estar bien informada», apunta la vendedora de prensa. Isabel dice que también está vendiendo un buen número de revistas, sobre todo del corazón, pero también de información general, de historia, de tecnología, de recetas y de manualidades.

También ha notado una inusitada demanda de pasatiempos. «Se nota mucho que la gente tiene más tiempo para invertirlo en estas cosas». La quiosquera contempla feliz cómo en estas semanas de encierro a su clientela habitual se han sumado un buen número de jóvenes y padres y madres de familia con niños pequeños. Reconoce, eso sí, que echa en falta a sus «viejitos», como cariñosamente llama a sus clientes más mayores, quienes se están quedando en casa al cien por cien, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. «Les echo de menos. Muchos venían a primera hora a por su periódico, pero desde hace ya tres semanas apenas vienen, aunque hay vecinos que les siguen subiendo el periódico a sus pisos, así que siguen bien informados de todo».

El quiosco de Isabel lleva casi 20 años abierto en ese punto de la calle Silvano, la misma vía donde se encuentra el Palacio de Hielo, convertido ahora en una de las tres morgues de Madrid. Su establecimiento se encuentra a apenas 200 metros de ese recinto, a donde cada día llegan decenas de vehículos fúnebres con los féretros que se depositan en la pista de hielo. Desde esa ventana en la que ella atiende a sus clientes, Isabel ve con el corazon en un puño el trasiego de coches negros, vehículos policiales y de la UME subiendo y bajando la calle Silvano, en dirección a la morgue del Palacio de Hielo. «Es muy triste sí, pero esto terminará y cada día que pasa estamos más cerca de que termine». Sabias y razonables palabras las de Isabel. Se nota que vive rodeada de ellas.

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