Internado por asesinar a su madre de 67 puñaladas y matar a sus gatos

La mujer residía con su pareja desde hacía 11 años y el hijo de ella se había ido a vivir con ambos en 2013, según relató el compañero sentimental de la víctima en el juicio. Ese día estaban de mudanza porque se habían comprado una casa en Coín.

En el momento del crimen, el compañero sentimental de la madre había ido con una furgoneta a la nueva vivienda a llevar una parte de las cajas de la mudanza. La mujer se quedó empaquetando cosas, a solas con su hijo.

Según la sentencia, el agresor, que ahora tiene 41 años, se dirigió «de forma sorpresiva e inesperada» hacia su madre, que no tuvo posibilidad de defensa, y le asestó 67 puñaladas con un cuchillo de cocina. Murió allí mismo.

En el mismo intervalo horario, el individuo -según la resolución judicial, que es recurrible- mató a los dos gatos de su madre en el domicilio familiar. Los cadáveres de los animales fueron hallados en la bañera del cuarto de baño del dormitorio principal.

En el juicio, el agresor manifestó que no se acordaba de lo sucedido, pero sí reconoció que llamó a emergencias y a la Policía. El procesado admitió que tenía la camiseta manchada de sangre y que le han dicho que fue él quien mató a su madre. Pese a no recordar nada, sí aseguró que no mató a los gatos.

El hombre está diagnosticado de esquizofrenia paranoide con mala adherencia al tratamiento y nula conciencia de enfermedad; en el momento de cometer los hechos, sufría una descompensación psicótica de su patología que anuló sus capacidades.

La Audiencia Provincial concluye que, aunque considera probada su autoría, debe aplicársele la eximente completa de enajenación mental, lo que le lleva a absolver de responsabilidad penal al procesado por los delitos de asesinato y maltrato animal.

No obstante, el tribunal le impone una medida de seguridad -el internamiento en un centro psiquiátrico- equivalente a la pena que se le hubiera impuesto de haber sido considerado imputable.

La Sala establece que, por el delito de asesinato, deberá cumplir 22 años y seis meses de internamiento en régimen cerrado en un centro psiquiátrico, a los que suma dos años más por los delitos de maltrato animal.

La Audiencia advierte en el fallo que el agresor no podrá abandonar el establecimiento sin autorización del tribunal y pide al responsable del centro psiquiátrico que le informe cada seis meses de su evolución.