Informar al ritmo de TikTok: así funciona la comunicación en redes sociales

Nuevos comunicadores con diferentes intereses económicos compiten con la prensa tradicional en redes sociales, pero son punta de lanza de la desinformación

Domingo, 7 de enero 2024, 00:25

YouTube, Instagram y, sobre todo, TikTok se han convertido en las plataformas de contenido audiovisual que sirven a las nuevas generaciones para informarse. Los Z y Alfa, nacidos este siglo, dan la espalda a los medios de comunicación tradicionales, e incluso a Google, Facebook y ... Twitter, para descubrir lo que sucede a su alrededor mientras se entretienen. Aunque periódicos y cadenas de televisión tienen cada vez una presencia más sólida en las redes sociales, este cambio de hábitos ha impulsado a una nueva generación de comunicadores.

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Es gente como ElRubius, que suma más de 40 millones de seguidores en YouTube, o Ibai Llanos, con más de 15 millones en Twitch y casi 10 millones en Instagram. No obstante, estos comunicadores no se dedican a la información. Para eso, muchos conectan con canales como VisualPolitik -3,3 millones de suscriptores en YouTube se acercan a sus análisis de la actualidad-, Descifrando la Guerra -400.000 seguidores en Twitter- o El Orden Mundial -330.000-. Pero, sin duda, el mejor exponente de esta ola es Ac2ality, que fue fundada por cuatro jóvenes y suma casi 5 millones de fieles en TikTok.

La actualidad en un minuto

«Nació por una necesidad propia. Trabajaba para la ONU y sentía que los medios tradicionales explicaban las cosas de forma muy complicada, difícil de entender. Pensé que hacía falta un periódico para tontos», explica la CEO Daniela McArena. El resultado es una cuenta de TikTok en la que se publican cinco historias diarias que resumen en apenas un minuto la actualidad publicada en otros medios y la traducen a un lenguaje joven. «Estamos en la era de la atención y requiere una nueva forma de comunicar. Los periodistas hablan para periodistas con un código diferente al de la calle. Nosotras vamos al grano y condensamos la información de forma atractiva», sentencia. Este año continuarán creciendo y el equipo alcanzará los siete miembros.

Su estilo se caracteriza por mensajes frescos, directos y concisos. «Además intentamos ser lo más neutrales posibles y utilizamos fuentes de todo tipo», añade McArena, que se distancia del periodismo. Ante la crítica de que resuman el trabajo de otros, es contundente: «Es irrelevante, porque un niño de 14 años no no consume prensa ni televisión. Pero si ponemos que esa es la fuente, igual se interesa por la prensa», apostilla la joven.

Abono para la desinformación

«Los jóvenes ya no nos ven porque desconfían de los medios tradicionales y buscan información en los alternativos, lo que provoca más desinformación», comenta Helena Resano, presentadora del informativo del mediodía en La Sexta, reflejando el temor de muchos al efecto de estos nuevos comunicadores en la sociedad. «Cualquier persona sin titulación periodística, o sin ninguna experiencia previa, informa y opina con el riesgo que eso conlleva de viralizar 'fake news'», analiza Fátima Martínez, consultora de Comunicación y autora de 'El libro de Tiktok'. «Lo que diferencia a un comunicador de redes sociales de un periodista en redes sociales es su respeto a los principios de la profesión», coincide Carmela Ríos, periodista especializada en redes sociales y verificación de la información.

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En su opinión, las redes sociales «son el principal escenario de la desinformación que tan profundamente impacta en nuestras sociedades», donde predominan una sobreabundancia de oferta y una confusión entre lo real y lo producido. «Por eso, los periodistas son más necesarios que nunca en plataformas como Tik Tok, a condición de que comprendan las dinámicas de la plataforma y adopten sus lenguajes a un público distinto del que les sigue en las páginas impresas o en los noticiarios de televisión», apostilla. Además, Ríos señala que «en las redes sociales tiene lugar también una conversación permanente entre ciudadanos, gobiernos, instituciones y empresas».

La sobreabundancia de información sin verificar es un peligro.

McArena coincide, y cree que algunos medios hacen bien su labor en este nuevo espacio informativo. «El error que cometen es entrar en TikTok sin saber lo que es y con gente que no entiende la forma de comunicar de la red», recalca. Pero Ríos puntualiza que no solo importa la forma, sino también que el contenido sea veraz. Y Martínez tiene esperanza en la legislación: «Estamos esperando el desarrollo de la ley de comunicación audiovisual, para ver cómo regula a los 'influencers' y todo el entorno en general. Puede mejorarlo o terminar de rematarlo».

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El valor de la credibilidad

El problema está en el rigor y en cómo se difuminan los límites de las profesiones. «El periodismo se ha frivolizado y cada vez más distinguir entre un periodista de formación o con experiencia, con un comunicador de redes», señala Martínez, que también aprecia un trasvase de periodistas hacia el mundo de internet, que puede ser más lucrativo. Pero Ríos reclama que sean especialmente escrupulosos para no dañar a la profesión. «Como sucede en los diarios de papel o en una web, los contenidos publicitarios deben estar especificados y separados de la información», opina.

No siempre es así, y Martínez coincide con McArena en un otro lastre que destaca la fundadora de Ac2ality: «El periodismo está demasiado politizado y la gente lo huele». Por eso, todas coinciden en señalar la importancia de que no se aleje de los valores de independencia que le dan credibilidad y marcan la diferencia con el resto de comunicadores. «El desafío se presenta cuando vemos que la información, el entretenimiento, los mensajes políticos y la desinformación se mezclan naturalmente. En ese entorno la presencia del periodismo resulta más importante y necesario que nunca», concluye Ríos.

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