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Leire Pérez
Lunes, 27 de mayo 2024, 16:56
«Estamos agotados, muy tristes, impotentes de la injusticia que estamos viviendo y el dolor de haber perdido a uno de los nuestros», reconoce Adriana Castro, la tía de Juan Felipe García, el joven de 23 años de origen colombiano, pero que llevaba viviendo en ... Vizcaya desde los 9 meses y que el sábado por la noche fue asesinado en el centro de Algorta. La tragedia ocurrió sobre las 23.20 horas frente al parque de Los Chopos, cerca de los bares de Satistegi. Recibió una cuchillada mortal por la espalda y otra en el brazo. La Policía Local que llegó en un primer momento y la Ertzaintza que se encargó después de la investigación, detuvieron a cinco menores de edad por el crimen que sucedió en una zona de bares concurrida de Algorta.
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Castro cuidó desde pequeño de su sobrino, que perdió a su madre cuando tenía 11 años. «Ha sido otro hijo más para mí, sólo quiero que se haga justicia, es terrible, todos sabemos que vamos a morir, pero que sea así, de esta forma, de manos de unos niñatos irresponsables es muy triste», apunta. Considera que la ley está «destruyendo a los jóvenes porque saben que no va a pasar nada, es así, tienen que pagar lo que han hecho no les puede salir gratis. Hoy es Felipe y mañana será otro», denuncia al tiempo que pide a las instituciones que «nos protejan». «Tienen que estar para esto y no para permitir estas cosas», lamenta.
La mujer de 60 años recuerda que fue una amiga de su sobrino la que le tocó la puerta para decirle lo que había sucedido. «Él estaba en casa recibió una llamada y salió corriendo, luego esta chica vino y nos dijó que le habían apuñalado, pensé que no podía ser que estaba en casa, pero al llegar allí nos encontramos con todo. La ambulancia ya estaba atendiendo pero no nos dejaron acercarnos, los sanitarios sabían de la gravedad y cuando fuimos al hospital de Cruces todos los enfermeros se miraron y me di cuenta que tenía mala pinta y así fue», recuerda con los ojos empañados.
«Mi sobrino ya no puede hablar pero nosotros sí y vamos a seguir diciéndolo, ojala mucha gente no se calle y que el que es menor debe de ser adulto para responder, a ver si es tan inocente y hay que tener tantas contemplaciones con ellos. Ya no es el que la hace la paga, sino que si se hace hay que responder, deben pasar por la cárcel y aprender de lo que hicieron y rectificar, para eso tenían que ser las leyes», insiste. Castro teme además que «haya más personas implicadas y que haya mayores que como saben que sí van a ser juzgados utilicen a los menores porque les sale más barato».
De momento, el forense está haciendo las pruebas pertinentes, por lo que la familia desconoce «cuándo» celebrará el funeral. «Tenemos reservado el tanatorio por si acaso para velarlo, pero de momento no sabemos nada», comenta la vecina getxotarra. «La gente de Getxo se está portando muy bien con nosotros, la alcaldesa también nos ha mandado un mensaje. El Ayuntamiento tiene que preocuparse de lo que está sucediendo, no les interesa que esté así Getxo, antes no era así, siempre ha sido un municipio tranquilo y seguro, en mi país es normal estas cosas, pero aquí no, siempre ha sido un municipio tranquilo y deben trabajar para que así sea», añade.
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