Jordi Torres
El hombre que explica la inteligencia artificial a los humanos y su receta para afrontar los cambios que vienenSecciones
Servicios
Destacamos
Jordi Torres
El hombre que explica la inteligencia artificial a los humanos y su receta para afrontar los cambios que vienenJordi Torres avanza que la inteligencia artificial va a provocar una transformación social «brutal». Y asegura que va a cambiar la vida «hasta del más ermitaño». Pero este catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña se distancia del discurso apocalíptico que a menudo acompaña a ... esta tecnología y subraya que cambios similares se han sucedido con cada revolución tecnológica, desde que el ser humano dominó el fuego. «Cuando apareció la máquina de vapor cambió todo; con la electricidad, cambió todo; con Internet, también. Y siempre hemos sabido adaptarnos», sentencia.
No obstante, con la IA hay una gran diferencia: la velocidad a la que ahora se producen esos cambios acelera exponencialmente. «Es verdad que antes teníamos décadas para acostumbrarnos», admite. Quizá por eso, y porque es una tecnología difícil de entender, el temor es mayor. Y, por eso, Torres ha decidido ponerse el traje de divulgador para escribir 'La inteligencia artificial explicada a los humanos' (Plataforma Actual, 2023), un libro con el que pretende hacerla comprensible al grueso de los ciudadanos. «Por curiosidad, intenté escribirlo con ChatGPT, pero aún no ha llegado a ese nivel», reconoce con guasa este científico que forma parte del equipo fundacional del Centro Nacional de Supercomputación.
Muestra de que Torres también cuenta con un público especializado es la respuesta que obtuvo la convocatoria de Decidata, una de las compañías vascas más relevantes en el campo de la IA, cuando invitó a Torres a compartir sus impresiones en una comida con empresarios vascos de firmas como Dominion, Orbea, Interbiak o KMPG. El aforo se completó rápidamente y muchos se quedaron fuera. Frente al habitual alarmismo con el que se aborda la IA, Torres definió la coyuntura actual como «el último paso de un proceso de informatización que arrancó en la década de 1950» y que mezcla tres ingredientes de sobra conocidos: algoritmos, datos, y capacidad de computación.
- ¿Por qué provoca entonces tanto miedo?
- Porque la IA generativa, con programas como ChatGPT, es capaz de crear textos muy convincentes. Y el lenguaje es algo que consideramos genuinamente humano. Pero en realidad no es más que un programa que utiliza la estadística para predecir la siguiente palabra.
- Quizá el principal temor está en que destruya puestos de trabajo en áreas cada vez más cualificadas y creativas.
- Sin duda, la IA va a modificar el panorama laboral. Es una herramienta que va a cambiar nuestro día a día, tanto en el entorno personal como en el de la empresa. Pero creo que nos va a facilitar el trabajo y va a reducir el tiempo requerido para llevar a cabo ciertas tareas. No es nuevo: mi abuelo era agricultor, tenía un caballo y trabajaba 80 horas a la semana. Hoy mi hijo trabaja 38 frente a un ordenador. Los empleos en los que muchos procesos se puedan automatizar serán sustituidos por una máquina y unos algoritmos que los hagan en menos tiempo y más barato. La diferencia es que también se verán afectadas tareas intelectuales que requerían años de estudios. Pero se crearán otros trabajos.
- ¿Y qué puede hacer el sector educativo para que la juventud tenga éxito en esta nueva era?
- Es muy difícil predecir las competencias que serán necesarias en el futuro. Por ejemplo, hace unos años parecía esencial aprender a programar, y hoy ChatGPT puede hacerlo mejor que muchos profesionales. No sabemos qué va a suceder en los próximos cinco años, por lo que la apuesta menos arriesgada es educar a nuestros jóvenes en lo básico. En comprensión lectora y matemáticas, por ejemplo. Hay que desarrollar un espíritu crítico y aprender a razonar y a ejercitar el cerebro. Tenemos que mantener en forma las facultades intelectuales que nos permitirán la adaptación, porque el conocimiento para actualizarnos lo tenemos a nuestro alcance. Pero me preocupa que seamos líderes en fracaso escolar y que la gente llegue a la universidad sin saber leer.
- ¿Y si la IA alcanza acaba sobrepasándonos en todas nuestras capacidades?
- De momento, no hay indicio alguno para pensar que tomará conciencia de sí misma. Sobre todo porque las redes neuronales artificiales no tienen nada que ver con las humanas. Por ejemplo, saben detectar una correlación entre que canta el gallo y sale el sol, pero no saben si sale el sol porque canta el gallo o canta el gallo porque sale el sol. El concepto de causa-efecto es clave para el razonamiento y las redes neuronales actuales no son capaces de encontrarlo. No obstante, Stuart Russell sostiene que la IA generativa puede ser el punto de partida para esa singularidad. Eso sí, dice que nos hacen falta diez Einstein para lograrlo. Y puede que los tengamos en una década o nunca. De momento es ciencia ficción, como el Hal de Stanley Kubrick o el Skynet de Terminator. Pero muchas cosas que eran ciencia ficción han acabado siendo realidad.
- Usted insiste en que tenemos que centrarnos en los problemas que ya hoy provoca la IA.
- Sí. En las 'fake news' que circulan por las redes sociales, por ejemplo, que son un problema para nuestros sistema de gobernanza, para nuestra democracia. Pero no hay que demonizar la tecnología, cuyo resultado depende de cómo se utilice. La visión computarizada, por ejemplo, puede servir para mejorar el diagnóstico de pruebas médicas, pero también para desarrollar sistemas de reconocimiento facial para controlar a la población. Por eso hay que regularla.
- Europa ha aprobado la primera ley de IA y las empresas están preocupadas de que pueda lastrar su desarrollo.
- La iniciativa es buena. Que tratemos de impregnar de humanismo la tecnología es positivo. Pero, como dice el director de mi centro, Mateo Valero, estamos tratando de ser árbitros de un partido en el que no participamos porque no tenemos grandes jugadores. Que las empresas europeas tengan que acatar una legislación que no es de aplicación para las chinas y estadounidenses puede ser un lastre, sí. Pero creo que algo que es importante para la Humanidad debe estar regulado.
- Vemos que la tecnología está cada vez más controlada por un pequeño grupo de empresas. ¿Acelerará la IA esta concentración de poder?
- Si no se pone remedio, sí. Pero creo que esto va a cambiar. Por ejemplo, en el sector de los procesadores, que es clave porque sin chips se hunde el mundo. Europa se ha puesto las pilas en los últimos años y la idea es que haya chips europeos que reduzcan la dependencia de terceros y se evite que, si Trump vuelve a la presidencia y tiene la ocurrencia de vetar nuestro acceso a los procesadores, volvamos a las cavernas. Y con la IA generativa tendríamos que hacer lo mismo. Construir un ChatGPT europeo sería buena idea.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.