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El hombre que descendió al fondo del océano: «La cuestión no era 'si' el 'Titán' tendría un accidente, sino 'cuándo' ocurriría»

El hombre que descendió al fondo del océano: «La cuestión no era 'si' el 'Titán' tendría un accidente, sino 'cuándo' ocurriría»

Don Walsh, la primera persona en alcanzar el punto más profundo de los océanos en 1960 (a 11.000 metros), y su hijo, Kelly, que hizo el mismo viaje 60 años después, coinciden en que el sumergible siniestrado no era seguro y desvelan que ya en 2018 enviaron una carta a su responsable instándole a realizar más pruebas

Domingo, 25 de junio 2023, 11:51

La humanidad tocó fondo hace 63 años, un 23 de enero de 1960, a 11 kilómetros de profundidad, en el lugar más hondo y oscuro de los océanos, el Abismo Challenger, en la fosa de las Marianas (Pacífico). Y fueron dos hombres, el ingeniero suizo Jacques Piccard y el oficial de la Armada estadounidense ya retirado Don Walsh, los que a bordo del batiscafo 'Trieste' alcanzaron por vez primera ese punto. El primero falleció, pero Walsh ha asistido a sus 91 años y desde la tranquilidad de su casa en Oregón a la tragedia del 'Titán', quizá recordando el momento en que a punto estuvieron de implosionar, a 9.450 metros, a solo 1.500 de su destino…

En ese instante, una explosión silenciosa sacudió el batiscafo, «como si algo grande se hubiera roto», pero Piccard y Walsh, apretados dentro de una esfera donde poco más cabía, decidieron seguir descendiendo al comprobar que todo seguía en su sitio; solo más tarde, tras alcanzar su meta y durante el ascenso, vieron la grieta en la ventanilla acrílica curva del tubo de entrada: «Pero aunque la hubiéramos descubierto antes, habríamos seguido bajando, no estábamos en nuestro límite de presión y no era crítico para la misión. De ir algo mal, el mar hubiera entrado, aplastándonos», dice el ex militar con la tranquilidad y profesionalidad de alguien muy experimentado, pese a que en ese momento tuviera solo 29 años y solo unos pocos de experiencia en submarinos. «Aunque al ver por primera vez la esfera del 'Trieste' pensé para mis adentros que nunca entraría en aquella cosa…», reconoce. Aquel viaje histórico que tardó más de medio siglo en repetirse acabó felizmente, y hubo que esperar 60 años a que otro ser humano fuera capaz de repetir una hazaña que muy pocos han logrado.

El batiscafo 'Trieste', con el que se alcanzó el límite de inmersión en las Marianas en 1960. Walsh y Piccard viajaban en la esfera de la parte inferior.
Imagen - El batiscafo 'Trieste', con el que se alcanzó el límite de inmersión en las Marianas en 1960. Walsh y Piccard viajaban en la esfera de la parte inferior.

El primero tras Walsh fue el cineasta y apasionado de las profundidades James Cameron, que bajó hasta allí en 2012 en el 'Deepsea Challenger' sin llegar a batir el récord de profundidad del militar (11.521 metros según el instrumental, finalmente 10.911 en mediciones posteriores), pero convirtiéndose en la primera persona en alcanzar ese punto en solitario. Sí consiguió pulverizar la marca de Walsh el estadonidense Victor Vescovo, que se posó 17 metros más abajo con el 'Limiting Factor'. Curiosamente, el hijo de Don Walsh, Kelly, también descendió hasta el Abismo Challenger en julio de 2020. Padre e hijo contestan a este periódico a preguntas sobre cómo han vivido la tragedia del 'Titán' después de sus respectivas experiencias en las profundidades. Ambos coinciden en que el submarino siniestrado no era seguro, y dicen que ya en 2018 enviaron una carta al reponsable de la empresa instándole a realizar más pruebas.

-¿Cómo han vivido el desarrollo de este incidente?

- Don: La verdad es que yo me enteré el domingo pasado cuando anunciaron en las noticias que el submarino se había retrasado. Desde ese momento, los medios de comunicación empezaron a contactar conmigo por lo que yo pudiera aportar. Hoy mismo (por ayer viernes, cuando se confirmó el fatal desenlace) llevo ya diez entrevistas con periódicos, radios y televisiones y apenas me acabo de levantar.

- Kelly: Me sentí terriblemente triste y, por desgracia, no me sorprendió. Conocía a dos de las personas que iban a bordo del submarino, y también conocía la empresa OceanGate desde hacía tiempo. En mi opinión no técnica, no creo que fuera un diseño seguro. Me baso en que he crecido rodeado de la comunidad conocedora de las profundidades oceánicas y en las opiniones profesionales de quienes han diseñado, construido y operado sistemas sumergibles absolutamente seguros en todo el mundo durante muchas décadas.

«Me ha parecido un poco triste el seguir generando esperanzas de que el rescate era posible»

- ¿Imaginaban este resultado?

- Don: No es ninguna sorpresa, ya en 2018 muchos de los miembros de la comunidad de sumergibles tripulados enviamos una carta al responsable de OceanGate diciéndole que estábamos preocupados por el carácter experimental de su submarino, y le instábamos a realizar más pruebas.

- Kelly: Por desgracia, sí me esperaba que fuera mal. Quizá no hasta el punto de que se produjeran víctimas mortales, pero sí pensaba que el sistema no estaba totalmente desarrollado para inmersiones repetidas con pasajeros de pago. Tenía la esperanza de que en algún momento se impusieran las mentes racionales y se tomaran las medidas necesarias, basadas en las pruebas rigurosas con certificación de terceros, para garantizar que un accidente como éste fuera improbable. Había gente muy inteligente involucrada en el diseño de 'Titán' y no entiendo por qué ignoraron décadas de mejores prácticas y directrices probadas para operaciones seguras.

Kelly Walsh, tras completar con éxito su descenso al Abismo Challanger en 2020.

- ¿Parecía el 'Titán' seguro y fiable?

- Don: No para mí, ya que no fue construido utilizando cualquiera de las reglas de diseño y construcción desarrolladas por nuestra comunidad a lo largo de 50 años. En 2018 dije que la cuestión ya no era 'si' tendrían un accidente, sino 'cuándo' ocurriría.

- Kelly: No. Para contextualizar, hice varios viajes en el 'Limiting Factor' (submarino de inmersión profunda tripulado consistente en un casco de presión esférico de titanio con espacio para dos ocupantes sentados uno al lado del otro), sumergiéndome repetidamente por diversas profundidades del océano durante dos años antes de embarcarme hacia el Abismo Challenger en 2020. Era una operación probada, certificada y segura. Aún lo es. Cada dos días puedes descender a los lugares más profundos del planeta, y hacerlo de forma segura, confiando en su experiencia y su base de conocimiento construida sobre décadas de precedentes, tecnología y experiencia. No creo que 'Titán' tuviera esto en el ADN de su misión. No puedo saber por qué, o qué les poseyó para seguir un camino diferente a este, ya que las consecuencias a esas profundidades son implacables.

- ¿Qué problemas observaron de inicio en el 'Titán'?

- Don: Para empezar, no siguieron las normas y procedimientos para el diseño, construcción, operación y mantenimiento de los sumergibles tripulados que nuestra comunidad lleva utilizando desde hace medio siglo.

-Kelly: Al no ser ingeniero, sólo puedo reiterar las preocupaciones que han expresado otros expertos en la materia: la fibra de carbono enrollada no es un material apropiado para los sumergibles oceánicos profundos. Está bien para la presión que viene del interior -cohetes, aviones…-, pero para la presión externa y extrema no ha sido probado, o certificado para su uso en estos sistemas de aguas profundas. Tal vez algún día la tecnología llegue hasta ahí, pero por eso tiene que haber un esfuerzo de colaboración que utilice todos los recursos y conocimientos disponibles de una comunidad experta en estas áreas. El riesgo calculado está bien pero solo si se utiliza una calculadora que funciona.

Don, en su caso, ¿esta tragedia le ha recordado aquel momento en que apareció la grieta en el 'Trieste' mientras descendían a las Marianas?

- Don: No, porque aquello que nos ocurrió no fue debido a un fallo del límite de presión, que hubiera supuesto la pérdida del sumergible.

- ¿Qué les ha parecido la operación de rescate?

- Kelly: Creo que se llevó a cabo con profesionalidad y que acudieron al lugar todos los recursos disponibles que podían ayudar, aunque en mi opinión y a través de mis fuentes, yo ya me esperaba que hubiera implosionado cuando se perdieron las comunicaciones. Sabiendo eso, me ha parecido un poco triste seguir generando esperanzas de que hubiera un rescate posible.

«Hay riesgo de implosión ya a unos cientos de metros. Obviamente, ese riesgo aumenta a medida que aumenta la presión»

- ¿Qué se piensa sobre el riesgo de implosión cuando uno se encuentra a 11.000 metros de profundidad?

- Don: En aquel momento en el que se produjo aquella explosión sorda, nuestros instrumentos no mostraban dificultades con el funcionamiento del batiscafo. Todo progresaba normalmente y por eso continuamos con la inmersión.

- Kelly: Hay riesgo de implosión ya a unos cientos de metros. Obviamente, ese riesgo aumenta a medida que aumenta la presión, especialmente en materiales que ya están sometidos a tensión o que no han demostrado ser resistentes a esas presiones, repetidamente y sin incidentes.

- ¿Cómo creen que afectará este accidente al futuro de este tipo de expediciones turísticas?

- Don: Probablemente afectará de algún modo, pero las operaciones turísticas básicas están muy reguladas y seguirán siendo seguras. Una empresa, la canadiense Atlantis Submarines 14, ha transportado a millones de turistas de forma fiable y sin problemas desde 1985. No ha habido pérdidas de vidas humanas ni heridos graves. De hecho, en 7 décadas de operaciones de sumergibles tripulados de todo tipo sólo han muerto 6 personas. Con la pérdida del 'Titán', ese número casi se ha duplicado.

- Kelly: Probablemente el público tardará algún tiempo en olvidar este horrible y evitable incidente. Así es la naturaleza humana. Sobre todo porque está ligado al destino del propio 'Titanic'. Tal vez sirva para que la gente se detenga y reconozca que estos sistemas, los que han tenido éxito, trabajan en entornos difíciles e inhóspitos, pero en el 99% de los casos lo han hecho sin incidentes. En cuanto a los buscadores de emociones y los exploradores, seguirán haciendo lo que les gusta. Yo volvería al Abismo Challenger mañana mismo, y me sumergiría siete millas atrás sin preocuparme por la seguridad o por que ocurriera algo crítico. Las personas que conocen el historial de seguridad desde el 'Trieste' (en realidad desde Beebe y Barton con su batisfera en los años 30) no dudarán en continuar la labor de exploración de los océanos profundos. En cuanto a los turistas, eso llevará algún tiempo. Lo siento por las personas que se perdieron en 'Titán', y espero que esto nos haga apreciar la seguridad general de los sistemas oceánicos profundos, y que tomemos conciencia de que ha sido una anomalía que podría haberse evitado.

Don Walsh, en primer término, y Jacques Piccard. dentro de la esfera del batiscafo 'Trieste'.

«A punto de alcanzar aquella profundidad -recuerda Don Walsh sobre aquel viaje en 1960-, Jacques me dijo: 'Mira por la ventana, ¿ves ese pez en el fondo de arena? Era uno plano, como un pequeño lenguado o halibut de color blanquecino y de unos 30 centímetros de largo. Encontrar formas de vida allá abajo nos dejó boquiabiertos. Al aterrizar allí nos dimos la mano y compartimos nuestros sentimientos de alivio y alegría».

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