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Antón Etxebarria
Viernes, 6 de septiembre 2024, 16:45
Dominique Pelicot, el hombre que está siendo juzgado en Francia por haber drogado a su mujer para que otros varones la violasen entre 2011 y 2020, podría haber abusado también de su hija, Caroline Darian, y de su nuera, cuyo nombre no ha trascendido. Es ... lo que temen las dos mujeres, que hoy han testificado en el proceso que tiene a Francia en shock. La nuera incluso teme que los nietos de Pelicot, con los que a menudo se quedaba a solas y se mostraba muy cariñoso, hayan sufrido abusos a manos de quien su hija considera ahora «uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años».
Darian, pseudónimo bajo el que escribió el libro 'Dejé de llamarte papá', ha relatado en una intervención de veinte minutos cómo fue la relación que tenía con su padre. «Yo le quería, adoraba la imagen del hombre al que creía conocer, un hombre sano, amable y considerado. Nos unía una plena confianza», ha asegurado frente al tribunal penal de Aviñón en el que se juzga a medio centenar de hombres, de entre 26 y 40 años, por la violación con agravantes diversos de su madre, Gisele Pelicot. En los abusos participaron 22 hombres más, pero no han podido ser identificados pese a que hay constancia de sus delitos por las grabaciones que Pelicot guardaba en su ordenador y discos duros.
Darian se enteró de lo que había sucedido cuando se lo comunicó su propia madre, que tampoco era consciente de las violaciones. Solo tenía lagunas de memoria que le hicieron temer que sufría alguna enfermedad degenerativa. «Mi vida cambió el 2 de noviembre de 2020. Ese día mi madre me dijo: he pasado casi todo el día en la comisaría, tu padre me drogaba para violarme con desconocidos», ha recordado. Fue entonces cuando la relación con su progenitor sufrió un lógico «cataclismo». Desde entonces, tanto ella como sus hermanos viven inmersos en un profundo dolor que Darian no desea a nadie.
Por si fuese poco, los investigadores, que descubrieron el caso tras el arresto de Pelicot por filmar en un supermercado a mujeres por debajo de la falta, también encontraron fotografías en las que aparece la hija. «Vemos unas nalgas en primer plano. Son de una mujer que duerme en posición fetal. No la reconozco», ha afirmado Darian, a quien un policía le reveló que se trataba de ella. «Descubro que mi padre me fotografió a escondidas, desnuda. ¿Por qué?», se ha preguntado, tan dolida como perpleja, y sospechando que también pudo haber sido víctima de Pelicot. »¿Cómo puede una reconstruirse cuando lo sabe?», ha inquirido al tribunal.
El juicio ha levantado especial interés porque la víctima principal, Gisele Pelicot, de 71 años, ha decidido dar la cara después de haber visto los vídeos que filmó su marido y que califica de terror. «Estoy inerte, en mi cama, y me están violando. Son escenas de barbarie. Mi mundo se está derrumbando, todo se está derrumbando, todo lo que he construido en cincuenta años», describió en su testimonio de ayer.
También explicó que quiere que se haga pública la información para evitar que otras mujeres como ella sufran la sumisión química a la que fue sujeta. «Hablo por todas las mujeres que están drogadas y que no lo saben», afirmó. Y también para que la vergüenza caiga sobre los perpetradores de los delitos y no sobre sus víctimas, una actitud que le ha valido el aplauso casi unánime de la sociedad gala. Los acusados se enfrentan a penas de cárcel de hasta 20 años. Ella espera poder pasar página y «empezar de cero».
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