Hallan en Cuenca restos de un mamut de hace 600.000 años

Los restos de este animal han sido recuperados por un equipo de investigadores liderado por el conquense Santiago David Domínguez Solera, doctor en Historia y Arqueología, y posteriormente restaurados en el Museo Arqueológico de Cuenca. «Los restos de este mamut, el más grande del pleistoceno, estaban en las terreras de una zona de canteras que estuvieron siendo explotadas para extraer materiales de construcción hasta hace unas décadas», explica el doctor Domínguez. Culmina así un duro trabajo que comenzó en 2022 cuando su equipo terminó de excavar las terreras y tuvo que reconstruir los restos encontrados «que estaban muy destrozados».

Ampliar

Este hallazgo sitúa al yacimiento de «La Tumba de los Gigantes» de El Provencio como uno de los más importantes de España para conocer cómo era la vida en esta zona hace miles de años. Desde el año 2013 no sólo se ha encontrado aquí material de sílex y cuarcita que grupos humanos asentados cerca de los ríos Záncara y Rus empleaban como armas y herramientas sino que también se han localizado restos de animales como molares de caballo, almejas de río de la familia de las «Corbiculidae», hienas, ciervos y jabalíes. Fue en 2019 cuando empezaron a aparecer fragmentos de molares de mamuts, hallazgos que las lluvias han ayudado a descubrir con más facilidad. Todo lo encontrado hasta ahora se ha depositado en el Museo Arqueológico de Cuenca aunque la intención del Ayuntamiento de El Provencio es que regrese a este pueblo de 2.500 habitantes ya que las excavaciones han sido financiadas al cien por cien por este consistorio.

Los molares reconstruidos pertenecen a un ejemplar adulto de mamut que llegó a medir unos 4 metros de altura y 9 de longitud y a pesar entre 10 y 14 toneladas. Debido a su enorme peso tenían patas muy gruesas y fuertes. Los machos de esta especie herbívora contaban con colmillos espiralados con punta en curva que podían medir hasta 5,2 metros y que usaban para combatir. En el caso de las hembras, también poseían colmillos más delgados y levemente curvados que empleaban para defenderse. Solían vivir en pequeños grupos familiares formados por hembras y crías ya que el macho, más agresivo, vivía en soledad y sólo se unía la manada en la época de celo.

El «Mammuthus trogontherii» o mamut de la estepa supuso el primer paso en la evolución de los elefántidos de las estepas y tundras que culminó con la aparición del mamut lanudo de las glaciaciones posteriores.