Hallada una huella del sospechoso de los crímenes de Bilbao en el piso de una víctima

Se trata de uno de los dos intentos de homicidio, además de cuatro muertes, con los que la Ertzaintza relaciona a Nelson David M.B., colombiano de 25 años, que permanece ingresado en la cárcel de Basauri en régimen de prisión provisional. Según relató el denunciante ante la Policía, aquel día, el 17 de diciembre, había quedado con este individuo mediante una web de citas en su casa, ubicada en el Casco Viejo bilbaíno. Cuando llegó, tomaron un café y se sentaron en el sofá. Entonces, el joven comenzó a besarle y de repente, por sorpresa, intentó estrangularle, primero con el brazo y después con una mano. Él logró zafarse y forcejearon por todo el piso. El agresor le golpeó con una figura decorativa en la cabeza. Los gritos de auxilio de la víctima alertaron al vecindario y el sospechoso huyó de manera precipitada olvidando en el domicilio una mochila con su pasaporte.

En el registro de la vivienda, los agentes localizaron varias evidencias, entre ellas la huella, que demostraría su presencia en el lugar. La víctima le reconoció después como su agresor. Y él llegó incluso a presentarse en la subcomisaría de la Ertzaintza en Zabalburu el mismo día de los hechos para denunciar el extravío de su documentación. A partir de ese momento, se encontraba en paradero desconocido.

El juez instructor dictó una orden de búsqueda y detención contra él por un delito de lesiones graves, ya que la víctima tuvo que ser atendida en el hospital de Basurto. Cuando Nelson David M.B. se entregó en la comisaría de Irún, la noche del pasado 5 de mayo, más de cuatro meses después, a raíz de que su imagen y su nombre se hicieron públicos, fue arrestado por esa requisitoria judicial.

Además, la Policía autonómica continúa rastreando atestados de los últimos tres años, tiempo que se calcula que el joven ha permanecido en el País Vasco, por si alguno pudiera tener nexos de unión con la trama. Buscan muertes naturales, en las que no se hubiera violentado el acceso al domicilio, entre otras coincidencias. En los seis casos que se estudian hasta ahora, según reveló el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, en una rueda de prensa, todas las víctimas eran homosexuales, de entre 40 y 70 años, y utilizaban webs de ligues. Los cuatro fallecidos entre septiembre y octubre de 2021, fueron localizados sin vida en el sofá, dos de ellos cuando ya presentaban signos de descomposición por el paso de los días. La Policía Científica registró el domicilio de uno de ellos en la calle Olano de Bilbao la semana pasada en busca de restos biológicos del sospechoso. Después de los fallecimientos, los familiares denunciaron que se habían extraído distintas cantidades de sus cuentas, en total podrían ascender a unos 20.000 euros.

En la única muerte considerada por el momento un homicidio consumado, registrado el 18 de octubre, después de la denuncia de un hermano por el saqueo de los ahorros, los forenses hallaron presencia de GHB o éxtasis líquido en el cadáver. En las otras tres muertes sospechosas, se practicó la autopsia, que concluyó que eran naturales, y se guardaron muestras de sangre que se ultracongelan y se conservan en el Instituto vasco de Medicina Legal. Pues bien, según ha podido saber este periódico, el juzgado ha ordenado que esas muestras se analicen en busca de posibles drogas de sumisión, como el éxtasis líquido, y al menos varias de ellas se envíen también al Instituto Nacional de Toxicología (INT) en Madrid para su contraste y para una mayor garantía.

El informe forense en cada caso será determinante para que puedan ser consideradas como homicidios y por tanto pueda haber una imputación. Para ello, en los casos en que se halle alguna droga, tendrán que tener en cuenta distintas variables, como que se trata de una sustancia que metaboliza muy rápido y desaparece del organismo en cuestión de horas, por lo que sería necesario saber cuándo la ingirieron. Según advierten los expertos, el límite entre la dosis tóxica y la letal en el GHB es muy reducido.