Apenas pasan siete minutos de las seis de la mañana y la primera fila en la playa de Levante de Benidorm (Alicante) es una realidad. «Me levanto a las 5:40», explica Poli González, jubilado de Ciudad Real. «Vengo una vez al año en julio ... y me gusta tener mi primera fila», afirma. A estas horas, aún con la noche cerrada, la fotografía en Benidorm es una mezcla extraña de jóvenes que apuran las últimas horas, para ellos, de noche y jubilados, en su mayoría, que aprovechan, en su caso, las primeras horas de la jornada.
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«Cada uno vive sus vacaciones», responde Francisco Pérez. «Yo he sido toda mi vida agricultor y no me cuesta levantarme pronto. Aquí vengo, pongo mi silla, me doy un paseo y luego voy a desayunar con mi mujer». Los jóvenes, que miran a lo lejos: «Nosotros tomamos la última y nos vamos a casa, luego ya volvemos», gritan entre risas desde las hamacas azules habilitadas por el ayuntamiento alicantino.
En los últimos días, la playa de Levante de Benidorm ha vuelto a ser protagonista y no como suele serlo todos los veranos, parafraseando al Dúo Sacapuntas: «¿Cómo estaba la playa? ¡La playa estaba abarrotá!». En este caso ha sido un reportaje del diario británico Daily Mail, uno de los más leídos en el país, titulado «Gracioso momento en el que los lugareños de Benidorm son atrapados instalando sus hamacas en medio de la noche para vencer a la multitud de turistas británicos».
José Palacios
Jubilado madrileño
«Los jefes del consejo de Benidorm dicen que se pondrán duros con los infractores reincidentes acusados de intentar llevar a los turistas británicos a las tumbonas», comienza el texto británico. «Por aquí no paso», advierte Pedro Medina, originario de Vitoria. «Nos han llamado racistas y xenófobos. Yo llevo aquí 30 años y me levanto pronto para tener mi primera línea, si ellos la quieren que madruguen y no estén de fiesta y montando jaleo como hacen», añade.
Una polémica para la que ha tenido que salir al paso el consistorio benidormí: «Tradicionalmente hay gente que se levanta muy temprano para asegurarse un sitio en primera línea de la playa más cercana a la costa y quedarse allí toda la mañana disfrutando del mar», explicaba Mónica Gómez, concejala de playas y medioambiente de Benidorm, hace unos días. Sin embargo, «hay gente que saca sus pertenencias a esta hora de la mañana y se va a casa, y eso es algo que no está permitido».
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«Yo estoy aquí hasta las dos menos cuarto y ya recojo y me voy», advierte el jubilado vitoriano. «Me niego a que me digan eso después de que llevo viniendo a Benidorm 30 años», añade. «Se rumorea que puede venir la policía y multar», responde José Palacios, madrileño.
750 euros
de multa por dejar enseres en la vía pública en Benidorm
La normativa municipal de la localidad alicantina establece la «prohibición de abandonar enseres en el espacio público». Una acción que «implica la intervención de la Policía Local, con potestad de retirar los objetos personales e incluso imponer una sanción, que podría llegar hasta los 750 euros», advierte la ordenanza.
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«¿La verdad? Yo nunca he visto nada», asegura Medina. «¿Policía? Llevo aquí desde el 30 de junio y los habré visto pasar una o dos veces por el paseo», añade Palacios. El Consistorio de Benidorm, no obstante, apela al sentido común y la convivencia. Aunque siempre queda la picaresca: «Si viene la Policía y está recogiendo la sombrilla pues te alejas y te vas, así no pagas», explica entre risas Palacios.
Con el paso de los minutos, la claridad avanza sobre el horizonte del Mediterráneo y revela un cielo negro e, incluso, caen unas gotas. «Si llueve nos metemos al agua, así nos mojamos también», ríe el jubilado madrileño. «Lo que sí he notado es que falta seguridad y limpieza», apostilla. «Mira -señalando al suelo- por aquí no ha pasado el tractor y hay colillas y botellas».
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Cada noche, la playa de Levante se convierte en un lugar de peregrinaje para los jóvenes que salen de las discotecas del paseo marítimo benidormí o esperan a entrar. Unas botellas escondidas tras las hamacas azules del Ayuntamiento dan fe de ello. «Luego aquí vienen niños y puede ocurrir una desgracia», afirma Medina.
A los pocos minutos, un operario de este servicio retira los restos de la fiesta nocturna. Los servicios de limpieza de las playas son hasta las 6:00 de la mañana, informa el Ayuntamiento, en varias comunicaciones. Desde esa hora se permite la entrada de bañistas y turistas, aunque la realidad es muy distinta.
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Tras una breve charla con Medina y Palacios, los primeros rayos de sol asoman por las montañas. Sobre la arena, la primera línea de playa ya cuelga el 'sold out', las toallas y las sombrillas ya forman una hilera. «Es lo que hay, si quieres tener la brisa del mar hay que madrugar, sino puedes hacer como los británicos seguir roncando», afirma Palacios.
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