Una mascarilla quirúrgica en el fondo del mar.

La Fiscalía advierte sobre la gestión irregular de residuos médicos relacionados con la pandemia

Millones de mascarillas, guantes y epis ya están dejando su rastro en forma de contaminación ambiental

Viernes, 5 de junio 2020, 12:16

Millones de mascarillas, unos cuantos cientos de miles de epis y otros tantos guantes de plástico. Los residuos hospitalarios derivados de la pandemia del coronavirus empiezan a dejarse notar en nuestro entorno. Incluso en el fondo del mar ya se han empezado a encontrar este ... tipo de basuras, sin olvidar las que aparecen tiradas en mitad de la vía pública, con la posibilidad añadida de que estén contaminadas con SARS-CoV-2. Este hecho no ha pasado desapercibido a la Fiscalía de Medio Ambiente, que ha advertido de un mayor número de denuncias sobre la gestión irregular de residuos médicos y hospitalarios «y de otro tipo» relacionados con la pandemia. Así lo pone de manifiesto el fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Vercher, que, hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, ha repasado algunos temas de su competencia en una entrevista publicada en la página web de la Fiscalía. Y así, por ejemplo, se refiere a la adopción fraudulenta de animales domésticos para poder pasear por la calle en los momentos más duros del confinamiento, una realidad de la que, en su día, se habló largo y tendido, pero que, sin embargo, ha generado «pocas quejas».

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Vercher, que coordina a 190 fiscales, se refirió a los delitos ambientales más frecuentes, que siguen siendo los relacionados con la ordenación del territorio y el urbanismo. «Frente a las 57 sentencias de condena por delitos contra el medio ambiente correspondientes al año 2019, se dictaron 383 condenas por urbanismo y ordenación del territorio en ese mismo año». Las otras condenas más numerosas son por malos tratos a animales domésticos (293) y por delitos contra la flora y la fauna (290). En conjunto en el año 2019 se dictaron 1.180 condenas, frente a las 1.063 del año 2018.

El fiscal también llama la atención sobre la continuidad de la caza furtiva en España durante estos casi tres meses que han transcurrido desde la declaración del Estado de Alarma. «La caza furtiva es un delito y, como todos los delitos, tiene lugar aprovechando circunstancias que puedan facilitar la labor a los delincuentes. Así que se puede decir con claridad que la caza furtiva no ha cesado durante la pandemia, como tampoco ha cesado la caza legal, dado que muchas comunidades la han permitido bajo el argumento de la necesidad de controlar la población de especies cinegéticas o cazables cuyo número crecía en exceso. Lo que desconocemos», añade el representante del Ministerio Público, «es de qué manera esos permisos han incidido en un aumento de la caza furtiva o ilegal».

Ahora que estamos ya a las puertas del verano con el consiguiente aumento de las temperaturas, Vercher pidió extremar las precauciones para evitar los incendios forestales, que el año pasado arrasaron casi 84.000 hectáreas en España, y que cada temporada estival acaban apareciendo por un mal uso de barbacoas o la quema ilegal de desechos. En este sentido, la Fiscalía se ha sumado a la campaña de prevención de incendios. «En el oficio abogamos por el control de vertederos que, aun no siendo delictivos, sí pueden ser una causa directa de incendios. Instamos igualmente por el control de barbacoas, líneas eléctricas mal conservadas, etc. Nos preocupa la falta de coordinación, que en ocasiones deviene en que el incendio se extienda y dilate en el tiempo, así como la ausencia de planes de prevención de incendios por parte de algunos Consistorios», apunta el fiscal, que también se refirió al recién aprobado anteproyecto de Ley de Residuos, que plantea cambiar muchos usos y costumbres con el objetivo de limitar los plásticos de un solo uso, como las pajitas lo los bastoncillos de algodón. «Creo que la evolución negativa del medio ambiente es manifiesta y ostensible desde el punto de vista científico, así como la degradación de muchas zonas naturales, protegidas o no, o la desaparición de un importante número de especies de flora y fauna. Pero, sobre todo, el hecho de que hay cada vez menos recursos naturales, o los mismos están más contaminados, nos conduce al necesario aumento de la regulación administrativa sobre la materia. Y el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados es un exponente parcial de ese proceso evolutivo y de la presente situación. En consecuencia, acabarán perfilándose, más conductas delictivas y más penas en relación a esas conductas. Es duro reconocerlo, pero es algo perfectamente lógico, como nos demuestra la experiencia de los últimos años», concluye

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