Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER MARTÍNEZ
Valencia
Viernes, 9 de septiembre 2022, 09:46
La familia de Antonio Anglés Martins (Sao Paulo, 1966), el presunto autor material de los asesinatos de las tres niñas de Alcàsser, ha iniciado los trámites de la declaración de fallecimiento por ausencia del fugitivo, uno de los criminales más buscados por la Guardia Civil ... y la Policía en España y el extranjero.
Tras 30 años sin ninguna pista fiable de su paradero, la familia del prófugo brasileño ha decidido, motivada más por una herencia que por convicción, formalizar la posibilidad de que haya muerto, aunque Interpol mantiene su búsqueda en los 195 países miembros de la mayor organización policial del mundo.
La madre de Anglés y tres de sus hijos acudieron este jueves a un juzgado de Catarroja para iniciar un expediente de jurisdicción voluntaria, tal y como establece el Código Civil, en el que solicitaron como parte interesada la declaración de fallecimiento del presunto asesino.
Según informaron fuentes jurídicas, este procedimiento sólo pueden solicitarlo los interesados: familiares o cualquier otra persona que tenga algún derecho relacionado con el patrimonio del desaparecido, como puede ser un posible acreedor.
El expediente tiene que abrirlo el juzgado en cuya demarcación se encuentre el domicilio de la persona desaparecida o el lugar donde tenía su última residencia (camí Reial de Catarroja), y por este motivo, los familiares del fugitivo acudieron al juzgado de la localidad donde residían en 1993.
Los familiares de Anglés deberán aportar todas las pruebas que acrediten los requisitos previstos en el Código Civil, y no es necesaria la intervención de un abogado ni procurador en este procedimiento. Las mismas fuentes señalaron que en el caso de que el juzgado de Catarroja admita a trámite la solicitud de declaración de fallecimiento por ausencia, deberá señalar el día de la comparecencia en el plazo máximo de un mes con la asistencia de los solicitantes y el Ministerio Fiscal.
Si después de la aprobación del expediente apareciera el fugitivo, además de ser detenido y juzgado en el caso de que no haya prescrito el triple crimen, Anglés podría recobrar los bienes de una herencia, pero lo haría en el estado en que se encontrarían en el momento de su aparición.
La fuga y posterior desaparición del presunto asesino de las niñas de Alcàsser forman parte de la memoria de la crónica negra de España por las extrañas y desconcertantes circunstancias de varios episodios de la huida.
Treinta años después del triple crimen, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) sigue incluyendo al fugitivo brasileño en la lista de delincuentes más buscados. Bajo las acusaciones de rapto, violación, asesinato, inhumación de cadáver y tenencia ilícita de armas, la orden internacional de captura de Anglés continúa en vigor y la Policía Nacional realiza pesquisas cada cierto tiempo para tratar de averiguar su paradero.
En una huida marcada por la suerte y su espíritu de supervivencia, el presunto asesino de Toñi, Míriam y Desirée consiguió eludir el cerco policial hasta seis veces en menos de tres meses en España, Portugal e Irlanda, concretamente en Catarroja, Valencia, Alborache, Vilamarxant, Lisboa y Dublín.
Tras esconderse en un buque de contenedores en el puerto de Lisboa, Anglés fue descubierto por la tripulación en plena travesía por el océano Atlántico, pero logró escapar en dos ocasiones del camarote donde lo encerraron. Un marinero descubrió al polizón en la madrugada del 23 de marzo de 1993 en el almacén de proa de la sala de motores. Llevaba una bolsa con un mapa mundial, tabletas de proteínas, dos mecheros, cigarrillos, un tubo de pomada y un reproductor de música con auriculares, entre otros objetos.
Cuando lo llevaron ante el capitán, Anglés se identificó con el nombre de Carlos Joaquim Carvalho Gonzales, el toxicómano que le dio cobijo en el puerto de Lisboa, y entregó hasta tres documentos de este hombre ya fallecido. Horas después, el fugitivo huyó de noche en un bote salvavidas, pero fue localizado por un avión francés a 300 millas de Burdeos y la tripulación le ayudó a subir para encerrarlo otra vez en el mismo camarote.
Cuando el buque atracó dos días después en el puerto de Dublín, dos policías subieron para llevarse al polizón y fue entonces cuando la tripulación descubrió que había logrado escapar por segunda vez. Alguien había quitado un madero que atrancaba la puerta del camarote. Además, faltaba una cuerda de la cubierta y un chaleco salvavidas, que fue encontrado a la mañana siguiente en la bahía de Dublín, por lo que dedujeron que el fugitivo había alcanzado la costa o podría haber fallecido ahogado.
La extraña desaparición de Anglés en aquel mercante volvió a ser actualidad tras la comisión rogatoria internacional emitida en 2019 por un juzgado de Alzira para tomar declaración al capitán y otros miembros de la tripulación del buque. El prófugo brasileño sigue siendo uno de los principales objetivos del Grupo de Localización de Fugitivos Internacionales de la Comisaría General de Policía Judicial.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.