Un falso policía municipal trabajó tres años en una localidad vasca tras falsificar su documentación

J. B., vecino de Bilbao de unos 30 años, ha estado trabajando en Etxebarri en diferentes periodos. Lo ha hecho cubriendo bajas y haciendo sustituciones después de apuntarse a la bolsa de trabajo del Consistorio vizcaíno. Según fuentes conocedoras de lo ocurrido, durante este periodo de tiempo ha llevado el arma reglamentaria -incluso participó en un curso de reciclaje de tiro-, ha practicado detenciones y ha puesto sanciones administrativas. Fuentes judiciales apuntan que todas sus actuaciones como agente «son nulas» a nivel jurídico. De hecho, los mismos medios insisten en que ya hay alguna persona que ha recurrido las multas que le impuso este individuo.

Los ayuntamientos vascos tienen dos opciones para contratar policías interinos. Pueden optar por las bolsas conjuntas de Arkaute o pueden realizar sus propias ofertas de empleo. En el primer caso, los consistorios con necesidades de personal se apuntan a este proceso de selección y los aspirantes con mejores puntuaciones pueden elegir los destinos que más les interesan. También hay ayuntamientos que publican sus propias convocatorias. Normalmente lo hacen los que tienen necesidad urgente de cubrir vacantes.

Aunque el Ayuntamiento de Etxebarri también ha recurrido a la fórmula de las OPE conjuntas, el falso policía accedió al puesto a través de una convocatoria propia. Presentó su currículum y el título que supuestamente acreditaba que había superado el periodo obligatorio de formación en Arkaute. Según las mismas fuentes, el diploma era prácticamente idéntico a los originales. En el mismo figuraba su nombre y el supuesto sello de la academia. Lo único que era «un poco diferente» -aunque en ese momento nadie lo apreció a primera vista- era la tipografía utilizada para poner su nombre y apellidos. Fuentes oficiales del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, del que depende la academia de Arkaute, explicaron que los ayuntamientos que convocan sus OPE «no tienen la obligación legal» de contrastar con el Ejecutivo autonómico los títulos que presentan los aspirantes. En estos casos son los opositores -añadieron- los que tienen que «acreditar que han realizado el curso correspondiente de la academia vasca de policía y emergencias».

En las redes sociales de este joven figura que estuvo opositando entre 2018 y 2020. Su mensaje de cabecera en su cuenta es revelador: «Todo esfuerzo tiene su recompensa». De hecho, se da la circunstancia de que el supuesto engaño se destapó por su «falta de discreción». Al parecer, el sujeto «no es precisamente callado» y alardeaba de haber realizado actuaciones policiales importantes y de haber trabajado en un importante consistorio vizcaíno.

Hace unos meses, después de un pequeño problema interno en el seno de la comisaría, un miembro de la Policía local decidió preguntar por esta persona en la ciudad donde supuestamente había estado trabajando. La sorpresa saltó cuando allí les dijeron que no le conocían de nada. Después preguntaron en Arkaute y la respuesta fue parecida. Fue entonces cuando comprendieron que el joven había falsificado supuestamente el diploma de la academia. Para entonces ya había añadido un trienio a su nómina. El asunto causó una gran conmoción interna en el seno de la comisaría. «Es probable que si se hubiese comportado de forma discreta todavía seguiría trabajando», apuntan las mismas fuentes.

Todavía pasó un tiempo hasta que el individuo fue despedido y el Ayuntamiento puso lo ocurrido en conocimiento de la Fiscalía. El alcalde explica que enviaron un documento al Ministerio Público en el que aportaban «pruebas» del supuesto engaño. Su escrito hacía mención a la existencia de un presunto delito de falsedad en documento público, castigado con penas de entre 6 meses y tres años de prisión si es cometido por un particular.

En todo caso, en función de cómo se desarrolle la investigación, el falso agente también podrá ser acusado de usurpación de funciones públicas y tenencia ilícita de armas, ambos castigados con entre uno y tres años de prisión. También podría ser obligado a devolver el dinero que ha cobrado estos años. «Que la Justicia haga lo que tiene que hacer», apuntó el regidor, que insiste en que desconoce en qué punto se encuentra la investigación ahora mismo. Otras fuentes apuntan a que el agente también ha recurrido su despido ante la Justicia.

En la actualidad, la Policía local de Etxebarri está compuesta por una veintena de agentes, mandos incluidos. Se da la circunstancia de que la fuga de guardias urbanos a otros cuerpos de Bizkaia ha sido un problema para el Consistorio desde hace varios años. En 2018, por ejemplo, de las diecisiete plazas con las que contaba el cuerpo ocho eran ocupadas por policías interinos al abandonarlas sus titulares. Los sindicatos achacan este problema a varias razones: sueldos «inferiores» -unos 200 euros menos que en localidades próximas como Galdakao y Arrigorriaga-, cambio de turnos «de una semana para otra» y «falta de expectativas» de promoción.

En estas circunstancias, el Ayuntamiento ha convocado diversas OPE en los últimos años para tratar de paliar estas carencias. De hecho, ha habido años en los que los interinos representaban casi la mitad de la plantilla. Pero en 2022 las autoridades municipales anunciaron que habían conseguido cubrir de forma definitiva los puestos que habían quedado vacantes en un municipio que presenta una baja tasa de delitos.