Adicción, impulsos suicidas, baja autoestima... Las razones para llevar a juicio a Facebook e Instagram

Esa es la base sobre la que se sustenta la querella que 33 estados de Estados Unidos han interpuesto contra la empresa matriz de Facebook e Instagram en un tribunal federal de California. Es un litigio al que se han sumado los de otros ocho estados que, por razones similares, han decidido llevar a juicio a la compañía de Mark Zuckerberg, en un momento en el que las aplicaciones sociales están bajo la lupa en medio mundo por los efectos nocivos que pueden tener en la llamada Generación Z, quienes la usan más compulsivamente.

Las autoridades judiciales también la acusan de recabar datos privados de niños menores de 13 años sin el preceptivo consentimiento parental. ¿En qué están basadas unas demandas que pueden dar lugar a un juicio histórico contra las redes sociales?

«La salud mental de los niños nunca ha sido tan mala, y redes sociales como las de Meta tienen la culpa. Se han beneficiado de su dolor diseñando intencionadamente sus plataformas con funciones manipulativas que provocan adicción entre los menores y reducen su autoestima», explica en un comunicado la fiscal general de Nueva York, Letitia James.

Son conclusiones a las que los demandantes han llegado tras una investigación de dos años que fiscales de ambos partidos -el Republicano y el Demócrata- iniciaron tras la publicación de un reportaje en el que el diario The Wall Street Journal descubría datos de Meta que apuntaban en esa dirección. Según informes de la propia empresa, un 13,5% de niñas y adolescentes que usan Instagram desarrollan instintos suicidas y un 17% afirma que la red social empeora sus trastornos relacionados con la alimentación.

El impacto en la sociedad, afirman los demandantes, es claro: en 2021, un 30% de las niñas escolarizadas habían considerado seriamente quitarse la vida, 11 puntos más que una década antes, cuando nació Instagram. «Nuestra investigación ha llegado a una solemne conclusión: Meta ha estado dañando a la infancia y cultivando su adicción para sacar rédito económico», apostilló en otro comunicado el fiscal general de California Rob Bonta. Su homólogo de Colorado, Phil Weiser, comparó esta actitud con «la que han tenido en el pasado las industrias del tabaco y del vapeo».

Según la principal querella, los algoritmos de Meta provocan la liberación de dopamina en los usuarios. Es un neurotransmisor que provoca una sensación placentera que algunos expertos comparan con la que producen algunas drogas. Los fiscales trazan una equivalencia con los efectos de la ludopatía. «Hace que los usuarios interactúen con la plataforma como un ludópata con una tragaperras», sentencia Andrea Joy Campbell, fiscal general de Massachusetts, subrayando que la continua aparición de nuevo contenido dificulta que los adolescentes puedan controlar el uso de las redes y fomenta el miedo a quedar desconectado de su círculo de amistades.

Por eso, estados como Utah o Arkansas han decidido cortar por lo sano prohibiendo el uso de redes sociales -no solo las de Meta, también otras como TikTok- a menores de 13 años y requiriendo el consentimiento de sus padres para el resto de los que aún no han cumplido los 18. Las redes también han movido ficha con funciones como la diseñada por TikTok para limitar a una hora diaria su uso en menores de edad. El problema es que resulta demasiado sencillo saltarse todas estas restricciones.

Un 51% de los adolescentes estadounidenses reconoce pasar cuatro horas o más en redes sociales. La media está ya en las 4,8, según una encuesta de Gallup. «No tenemos evidencias suficientes de que las redes sociales sean seguras para nuestros jóvenes», alertó en mayo el ministro de Sanidad de Estados Unidos, Vivek Murthy. No obstante, un estudio de la Asociación Americana de Psicología refleja cierto escepticismo, señala que «el uso de redes sociales no es inherentemente positivo ni negativo para los jóvenes», y pide que se estudie más el asunto antes de tomar decisiones precipitadas.

Como no podía ser de otra forma, Meta niega que todo lo anterior sea cierto. O, al menos, que no haga nada para evitarlo. «Estamos comprometidos con la creación de un entorno para los adolescentes que sea seguro y ofrezca experiencias positivas 'online'. Hemos puesto en marcha ya más de 30 herramientas para ayudar a los adolescentes y sus familias», se ha defendido Meta en otro comunicado. «Nos decepciona que los fiscales generales hayan optado por la vía judicial en vez de trabajar de forma colaborativa con las empresas del sector para desarrollar estándares claros y apropiados para las diferentes edades», añade la compañía.

Por otro lado, Zuckerberg ya ha afirmado en diferentes ocasiones que, tras el escándalo de Cambridge Analytica, la empresa cumple con todos los requisitos en el tratamiento y uso de los datos que recopila de sus usuarios, una de las causas por las que tuvo que testificar en el Congreso de Washington junto a otros ejecutivos de las grandes tecnológicas americanas, que están siempre en la diana pero contra las que es muy difícil consensuar medidas contundentes. No en vano, habrá que esperar para ver si estas demandas prosperan y, en caso de que así sea, si logran impulsar cambios relevantes en el funcionamiento de las redes.