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MARINA RIVAS
Viernes, 2 de diciembre 2022, 18:44
Ha sido y será una de las tonadilleras más icónicas del país, levantó pasiones y generó oleadas de seguidores por su impecable voz y su carácter sobre el escenario. Pasarán los años y, aunque ya no esté con nosotros, siempre será parte de la historia ... de España y de Andalucía. Marifé de Triana, sevillana de nacimiento, se trasladó en sus últimos años de vida a Torremolinos, junto a su marido, José María Alonso, movida por el clima de la zona, que decían podría favorecer su salud. Pasó largos y prósperos años en la ciudad hasta fallecer a consecuencia de un Cáncer en 2013. Esta mañana de viernes, nueve años después de aquella tragedia, su tumba ha sido abierta.
A primera hora de la mañana, en torno a las 8.00 horas, se procedió a la exhumación de los restos de la cantante (y su marido, fallecido cinco años antes que ella) para su traslado a Sevilla. Un movimiento que venía estudiándose desde hace meses y que, según apunta el Diario de Sevilla y ha podido confirmar SUR, impulsó el cuñado de una de las mujeres que cuidó y convivió con la tonadillera en sus últimos tiempos, Mercedes Montiel. No obstante, han sido varias las personas, 'cercanas' a Marifé de Triana, las que han impulsado este traslado.
«Nos hubiese gustado que se hubiera quedado aquí, como cualquier torremolinense; nos duele que se vaya, además también era un reclamo turístico porque mucha gente la sigue admirando», reconoce Encarna Navarro, quien fuera concejala de Fiestas del ayuntamiento torremolinense en la época en la que la tonadillera residía aquí. Habla de ella con especial cariño, porque dado que mantenían contacto a menudo, crearon una buena relación de amistad, llegando a ser invitada a su casa varias veces.
No era la única que guardó esta admiración y cariño hacia ella, muchos vecinos de la localidad que pudieron conocerla, también lo hicieron, así como numerosas peñas y organizaciones que le realizaron homenajes especiales durante su estancia aquí. Incluso, el consistorio aprobó que una avenida muy transitada en el pueblo llevase su nombre hasta el día de hoy. «Para Torremolinos era un orgullo decir que vivía aquí Marifé de Triana, por eso se le puso su nombre a la Avenida, ha sido una de las mejores cantantes de copla y los vecinos del pueblo la querían mucho. Ella salía a pasear con su perro por la avenida y todo el mundo la conocía», cuenta Navarro.
El día de su fallecimiento fue desolador para todos. Así lo recuerda la exconcejala: Eso fue tremendo. Yo era concejala entonces, nos dijeron lo de su fallecimiento y el ayuntamiento decidió poner la capilla ardiente con su féretro y un retrato suyo en el salón de plenos. Vinieron de todos sitios a recordarla, fue tremendo, por allí pasaron miles de personas». Y siguieron pasando, sin importar el paso de los años, dejando flores en su nicho en señal de admiración y respeto: «En el cementerio, la gente de Torremolinos le ponía flores, yo misma se las he puesto porque le tenía cariño, era muy buena persona y tuvo la cabeza muy bien hasta el final, sabía lo que decía y lo que hacía; era estupenda».
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