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David González
Martes, 6 de febrero 2024, 10:18
«Claro que sabemos quién es. Cómo para no saber». Con esta claridad se expresaba ayer una vecina de la calle Helsinki de Vitoria, donde la tarde del domingo se produjo un inusual despliegue policial. Se refería al altercado protagonizado por el exetarra José Miguel ... Latasa Getaria, uno de los residentes más longevos de este bloque de viviendas sociales. Va camino de catorce años en ese domicilio. Antes, en los noventa, saltó a la plana pública por su pertenencia a la banda terrorista. En esta ocasión presuntamente intentó herir con un cuchillo a su realquilada. También le habría amenazado «de muerte».
Minutos antes de las cinco de la tarde, según ha podido saber este periódico, una mujer reclamó ayuda a la Ertzaintza. Contó cómo su «casero» le había coaccionado, atacado y perseguido por el interior de la casa, primero, y los pasillos del edificio, a continuación. Al menos otra persona corroboró su versión, por lo que esta zona de Salburua que mira a los humedales se llenó de dotaciones policiales. Incluso se desplazó el PRI, la unidad especializada de la Policía autonómica para situaciones de máximo riesgo. Asimismo, agentes locales cortaron los accesos y un par de ambulancias aguardaron acontecimientos.
En una primera fase, los uniformados sellaron la mayoría de vías de escape hasta que, un par de horas después, accedieron al domicilio. Sin embargo, en la estancia no había ni rastro del sospechoso. Este guipuzcoano de 76 años es la persona que más tiempo lleva en ese portal perteneciente al Gobierno vasco.
En cuanto a la víctima, presentó lesiones leves. Le atendieron por «unas erosiones en el abdomen», refieren medios internos de Osakidetza. El ataque se produjo con «un cuchillo o un destornillador», a tenor de su declaración. Precisamente la existencia de una arma blanca en el incidente ocasionó semejante despliegue, que mantuvo en vilo a esta comunidad hasta que anocheció.
Cuando el grueso del dispositivo policial se retiró del lugar a eso de las 21.00 horas, el sospechoso regresó. Ahí fue detectado, identificado e imputado. En el juzgado de guardia de Vitoria ayer se le abrió acta por «un delito leve de amenazas» que será instruido por la vía penal.
No consta en el Palacio de Justicia, sin embargo, incriminación alguna por tener realquilada a esta mujer -y también a su vástago- una habitación de su piso social. En teoría se trata de una práctica penalizada por Alokabide, la sociedad pública responsable de estas instalaciones ideadas para alquilar a personas en riesgo de exclusión social.Este exetarra vive en ese inmueble de titularidad pública desde «mediados de 2010», cuando abandonó la prisión por su participación en atentados con víctimas mortales. También se trata de uno de los primeros arrepentidos de la banda terrorista.
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