Castilla y León culpa al «ecologismo extremo» del abandono forestal en plena ola de incendios

Los fuertes vientos, de más de 40 kilómetros por hora, dificultaban las labores de extinción y los vecinos de seis municipios (Hacinas, Carazo, Villanueva de Carazo, Quintanilla del Coco, Santibáñez del Val y Santo Domingo de Silos) habían sido desalojados, aunque algunos ya regresaron este lunes a sus casas. También fueron evacuados los monjes del monasterio de Silos, uno de los símbolos de esta comarca, que ha visto cómo arden fincas y casas en unas horas de pesadilla.

En el otro extremo de la comunidad continúan activos los incendios de Montes de Valdueza (León) y Vegalatrave (Zamora), este último, con 2.000 hectáreas arrasadas, en una zona próxima a la Sierra de la Culebra y Losacio, donde se han perdido bajo las llamas 55.000 este verano. En Cebreros (Ávila), el incendio bajó a nivel 0 tras quemar 4.500 hectáreas, pero en San Juan de la Nava, en esta misma provincia, ya han ardido 450.

La Junta de Castilla y León cree que estos nuevos fuegos no han sido fortuitos. El presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, pidió al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, «llegar hasta el final» con los pirómanos. «Los primeros indicios indican que los incendios no son espontáneos, sino que estaría la mano del hombre detrás, de forma intencional e imprudente, en lugares y día de tan extrema peligrosidad», aseguró el Ejecutivo castellano y leonés tras los últimos fuegos de Burgos, Zamora y Ávila. «Presuntamente parece que está detrás la mano del hombre, en una situación tan extrema como la que nos encontramos, con unas temperaturas muy altas con situación de viento que dificulta mucho la extinción de estos incendio», insistió la consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral. Pero Marlaska fue más cauto. En una visita a Santo Domingo de Silos, el ministro apuntó que en esta zona, según las investigaciones preliminares, el origen de los fuegos puede estar, en primer lugar, en «tormentas eléctricas» y después, en «las actividades agrícolas». Pero sobre todo, Marlaska incidió en que son «consecuencia del cambio climático». «Eso es indiscutible», zanjó.

Mientras los equipos de extinción se afanaban por apagar las llamas, el consejero de Medio Ambiente de Castilla y León abrió otro foco de polémica. Juan Carlos Suárez-Quiñones puso en la diana al «ecologismo extremo» porque, a su juicio, dificulta el cuidado de los bosques. «Determinadas posiciones del ecologismo extremo dificultan la actuación en el monte y su limpieza. Es uno de los factores que suman para impedir un mejor estado de los bosques», lamentó el responsable de Medio Ambiente en una entrevista en la Cadena Ser.

«Es un debate muy complejo», continuó; «el tipo de territorio ha cambiado, las nuevas modas del ecologismo con los ríos... El ecologismo extremo no es la causa, pero sí uno de los elementos que hay que trabajar. Todos somos responsables del cuidado de los bosques», afirmó Suárez Quiñones, antes de reconocer, no obstante, que los medios para luchar contra los incendios son «finitos» y que España se encuentra «ante una nueva realidad de incendios derivada de los efectos climáticos».

La Fiscalía de Castilla y León ha abierto diligencias de investigación sobre el incendio de la Sierra de la Culebra que calcinó en el mes de junio más de 25.000 hectáreas. El organismo ha tomado la iniciativa a raíz de la denuncia del sindicato Comisiones Obreras contra el consejero Juan Carlos Suárez Quiñones y «otros eventuales funcionarios». CCOO cree que la actuación servirá para determinar si hubo «responsabilidad civil» o «dejación de funciones».

Ecologistas en Acción pidió la dimisión del consejero por estas declaraciones, que tratan, a su juicio, de «desviar la atención con argumentos pueriles» de su «pésima» gestión «responsabilizando a los ecologistas».

En el resto del país, las altas temperaturas y el viento continúan impidiendo una extinción completa. En el norte de Tenerife, el incendio que se declaró el pasado jueves y que afecta a cinco municipios, La Orotava, Los Realejos, San Juan de la Rambla, La Guancha e Icod de los Vinos, sigue activo, pero en fase de estabilización, aunque todavía no está controlado.