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Jesús Bombín
Valladolid
Sábado, 5 de febrero 2022
El hecho de que el cadáver de Esther López apareciera en el pago de la Carrascosa con el abrigo y con toda la ropa puesta, la misma que cuando desapareció el 13 de enero, hace que cobre fuerza la hipótesis de la muerte súbita, sobre ... todo porque en la primera inspección del cadáver no se han apreciado signos externos de violencia y presentaba un estado que, en apariencia, no se correspondía con que hubiera estado más de 20 días a la intemperie. Tras el levantamiento del cadáver ordenado por el juez de guardia ayer, pasadas las cinco de la tarde, los restos fueron trasladados al hospital Clínico de Valladolid, donde se realizó un TAC para un primer examen de descarte, antes de ser llevados al Instituto de Medicina Legal.
Será la autopsia, que se realizará entre hoy y mañana, la que detecte si la joven sufrió algún tipo de agresión, porque en principio la joven no presentaba señales evidentes de haber sido golpeada, o de haber sido víctima de disparos o de arma blanca. No se descarta que Esther, una mujer joven de 35 años, hubiera podido sufrir una caída accidental, una desorientación o un paro cardíaco de regreso a Traspinedo (Valladolid).
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Otro hecho que aporta una nueva incógnita al caso es que la tierra de alrededor del cuerpo no presentaba huellas de batida, a pesar de que todo el entorno, y principalmente al otro lado de la carretera, la zona de La Maña y los chalés, ha sido rastreado a conciencia con cuatro batidas multitudinarias, perros y helicópteros. Ello, subrayan fuentes próximas a la investigación, pudo ser porque la joven «siempre estuvo allí» desde la madrugada de su desaparición, el 13 de enero, aunque la primera hipótesis de la Guardia Civil, «a un 99% de posibilidades», es que persona o personas desconocidas depositaran allí el cuerpo en las últimas horas. Pero ahora se tendrá que establecer exactamente en qué momento se peinó esa zona de tierra y la carretera aledaña. En paralelo, los investigadores siguen trabajando en la hipótesis de la intervención de terceras personas en la desaparición de la vecina de Traspinedo.
En principio, la tesis de que el cadáver fue 'colocado' en la Carrascosa se basa, por el momento y a expensas de lo que determine la necropsia sobre si el cuerpo de la joven pudo estar en otro lugar distinto de donde fue encontrado, en el testimonio del senderista que se topó con el macabro hallazgo en torno a las diez y media de la mañana del sábado. Este testigo declaró a la Guardia Civil que había paseado exactamente por el mismo lugar «todos los días desde enero» y no había visto nada que le llamara la atención en esa zona.
El caso sigue bajo secreto de sumario y es la titular del Juzgado de Instrucción 5 de Valladolid quien dirige la investigación para tratar de esclarecer qué le pasó a Esther la madrugada del 13 de enero para no poder volver nunca más a su casa de Traspinedo.
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