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España cierra su segundo ejercicio con menos bosques quemados en 50 años
Incendios forestales

España cierra su segundo ejercicio con menos bosques quemados en 50 años

Un comienzo de verano y de otoño lluviosos y el adelanto de los planes de emergencia ayudan a que se calcinasen la mitad de hectáreas que en años anteriores

Viernes, 24 de enero 2025, 00:02

España logró terminar el año pasado con la segunda menor superficie de bosque arrasado por los incendios forestales en más de medio siglo. Del 1 de enero y al 31 de diciembre, las llamas calcinaron en la península y en los dos archipiélagos 47.711 hectáreas de arbolado, matorral y monte bajo, según el Ministerio de Transición Ecológica. Es la segunda menor cantidad de daños a parajes naturales provocada por el fuego desde hace 53 años, desde que en 1971 el terreno abrasado por las llamas alcanzase las 34.312 hectáreas.

El buen balance de 2024 solo lo mejora en el último medio siglo un ejercicio, 2018, con unas cifras que además será difícil repetir en plena espiral de calentamiento global, ya que ese año de enero a diciembre solo ardieron 26.994 hectáreas de arbolado, menos destrozos que en cualquiera de los dos superincendios que en el verano de 2022 devoraron la zamorana sierra de la Culebra en solo unos días.

La suma de daños por el fuego de 2024 rompe la tendencia negativa de los años anteriores. Los terrenos calcinados en los últimos doce meses fueron menos de la mitad de la superficie media arrasada por los incendios forestales desde 1961 – primer año con datos en la estadística–, que es de 136.490 hectáreas.

La superficie arrasada por el fuego en 2024 es un cuarto de la provincia de Gipuzkoa, la más pequeña de España 198.000 ha

Incendios 1978

424.957,90 ha

Promedio de los incendios desde 1961

136.490,68 ha

Incendios 2024

47.711,13 ha

La superficie arrasada por el fuego en 2024 es un cuarto de la provincia de Gipuzkoa, la más pequeña de España 198.000 ha

Incendios 1978

424.957,90 ha

Promedio de los incendios desde 1961

136.490,68 ha

Incendios 2024

47.711,13 ha

Incendios 1978

424.957,90 ha

La superficie arrasada por el fuego en 2024 es un cuarto de la provincia de Gipuzkoa, la más pequeña de España 198.000 ha

Promedio de los incendios desde 1961

136.490,68 ha

Incendios 2024

47.711,13 ha

Incendios 1978

424.957,90 ha

La superficie arrasada por el fuego en 2024 es un cuarto de la provincia de Gipuzkoa, la más pequeña de España 198.000 ha

Promedio de los incendios desde 1961

136.490,68 ha

Incendios 2024

47.711,13 ha

De igual manera, los daños ocasionados en 2024 por el fuego en dehesas, praderas y arbolado son poco más de la mitad de la media anual española en lo que va de siglo que, según los satélites científicos de Copernicus, ronda las 81.500 hectáreas calcinadas.

Prueba de la mejora sustancial es que el arbolado quemado el año pasado fue un 50% menos que las 89.000 hectáreas arrasadas en 2023 y, desde luego, un volumen de daños incomparable al del año negro más cercano, 2022, que terminó con 263.000 hectáreas destruidas y fue el peor ejercicio de incendios en 28 años, desde las abultadísimas cifras de mediados de los noventa, cuando cada verano ardía media España.

Menos superincendios

Parte de las datos positivos de 2024 se explican por un año con un 30% menos de superincendios, los monstruos de fuego, alimentados por el cambio climático, que en horas prenden cientos y miles de hectáreas, desbordan a los equipos de emergencia y precisan de días para controlarlos, muchas veces tarea imposible hasta que devoran toda la vegetación del perímetro. El resultado de un ejercicio con 16 megaincendios (siete menos que la media de la década) fue un verano con menos catástrofes y un otoño (de septiembre a diciembre) en el que el fuego no consumió ni 7.000 hectáreas, cuatro veces menos que en años anteriores.

Según los expertos, entre las razones que han contribuido a que en 2024 se produjesen la mitad de daños que en ejercicios previos está un año especialmente húmedo en casi todo el país (el doble de lluvia de lo habitual) en el que al capote de la meteorología se sumó al adelanto a mayo de los dispositivos antiincendios tanto del Estado como de la mayoría de autonomías.

Las comunidades, alarmadas por los cientos de miles de hectáreas arrasadas en 2022, parece que han interiorizado que el cambio climático ha extendido los megaincendios más allá del verano. Activaron sus planes y brigadas contra el fuego entre un mes y mes y medio antes que hace dos años. De igual manera, y por las mismas fechas, dictaron prohibiciones de quemas de rastrojos, de realización de hogueras y barbacoas al aire libre y del uso de maquinaria agrícola pesada junto a áreas forestales, medidas preventivas que en ejercicios anteriores no llegaban hasta julio.

La ventaja otorgada por el anticipo del dispositivo contra al fuego se vio complementada por un año especialmente húmedo y, sobre todo, por la inusual cantidad de lluvia caída en las últimas semanas de la primavera. Un junio acuoso y sin olas de calor que enfrió y desactivo de cara al verano unas zonas forestales que días antes eran pura yesca y combustible por un invierno y primavera bastante secos. En el mes en el que comienza el verano llovió dos veces y media más de lo habitual y lo hizo de una punta a la otra del mapa. La misma ayuda para evitar incendios proporcionó en otoño un octubre también muy húmedo, el más lluvioso en España de las últimas décadas.

Los expertos, no obstante, advierten que nadie debe lanzar las campañas al vuelo por un año positivo, porque los dos elementos que más contribuyen al enorme número de hectáreas calcinadas en este siglo en España siguen presentes: el calentamiento global y el insuficiente trabajo preventivo de limpieza, recuperación y buena gestión del medio rural y de los bosques durante todo el año. Son los dos grandes factores generadores de superincendios.

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